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Ramona es una joven mujer, se encuentra desesperada por conseguir el dinero necesario para regresar a su natal Guamúchil. Ella junto con su esposo y sus tres hijos: Kimberly, Iker y Rubén, fueron deportados de los Estados Unidos.
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En el crucero del bulevar José Fuentes Mares y Francisco Villa, en la colonia División del Norte, venden mazapanes y solicitan la ayuda de los automovilistas para regresar a su Sinaloa, pues afirman que en la ciudad hay muchos peligros para sus hijos.
Desde hace cuatro días se encuentran en Chihuahua, fueron deportados por la frontera de Presidio, Texas. Relató que desde hace dos años trabajaban en los Estados Unidos, a donde emigraron en busca de mayores oportunidades, pero las autoridades norteamericanas los deportaron sin un solo peso.
En esta ciudad están durmiendo en las inmediaciones del estadio Monumental Chihuahua, en la unidad deportiva sur, donde el guardia les permitió resguardarse a fin de que la niña y los dos niños no sufrieran tanto, sobre todo ahora que en los últimos días por las madrugadas se ha tenido descenso de temperatura considerable.
Durante el día se dedican a vender mazapanes en el crucero mencionado y los aledaños, de la ganancia les compran comida a los niños y el resto lo están guardando para conseguir comprar los pasajes de camión y llegar hasta Guamúchil.
“Queremos un apoyo, me siento desesperada, no estoy a gusto fuera de mi casa. Hay mucho peligro”, señaló Ramona López Lugo, quien con una cartulina de color llamativo pide la atención de los automovilistas, algunos le compran un mazapán, otros le cierran el vidrio debido a que muchos supuestos deportados piden dinero en las calles y algunos más le brindan su apoyo con unas monedas.
La mujer confía en que pronto puedan conseguir el dinero necesario para viajar a su pueblo y comenzar de nuevo.
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