De enero a julio del presente año, 229 adolescentes fueron detenidos en la Unidad de Justicia para Adolescentes Infractores de la Fiscalía del Estado, de los que un 80% cometieron los delitos de narcomenudeo y robo simple para comprar droga, principalmente mariguana y cocaína, según estadística proporcionada por dicha unidad.
En el caso de narcomenudeo, en donde se diferencia por modalidad, un 95% de los detenidos son por posesión simple o para consumo personal, y del total, un 70% son hombres que provienen de un hogar con madres ausentes.
Sin embargo, también existen los menores que son detenidos por venta o suministro de drogas, representando sólo un 5% de los detenidos por la FGE, y en la mayor parte de los casos el narcomenudeo en menores son de metanfetaminas y cocaína.
En los casos por robo agravado, lo que más se puede observar a la fecha son atracos en centros comerciales y a diferencia del periodo de 2010 a 2013, que se presentaban los robos armados, hoy en día los menores simplemente ingresan a los centros comerciales y toman la mercancía sin amedrentar a los comerciantes.
Mutación de delitos
Los delitos cometidos por adolescentes han mutado, pues mientras que en años anteriores predominaban los homicidios, secuestros y robos con violencia, ahora los menores cometen delitos relacionados directamente con el alto consumo de drogas que prevalece entre los 12 y los 16 años, afirmó la abogada Alejandra Ríos, coordinadora de la Unidad de Agentes Especializados en Justicia para Adolescentes Infractores.
La entrevistada explicó que actualmente hay dos situaciones que se reflejan en los adolescentes que cometen algún tipo de delito y es el alto consumo de drogas ilegales, lo que ha llevado a que los delitos muten.
De esta manera el narcomenudeo es el delito más cometido, pero no tanto para su venta sino para el consumo personal, “esto significa que están adquiriendo un índice mucho mayor de drogas en general y esto hace que traigan consigo estas sustancias y que sean detenidos, para efecto de ponerlos a disposición de la autoridad y enfrenten el proceso por traer los narcóticos”, señaló Alejandra Ríos Olivas.
La abogada explicó que se da el caso de muchos jóvenes que no tienen un ingreso fijo y en este caso lo que sucede es que independientemente de que trabajen o no, terminan por robar, siendo éste otro de los delitos más comunes, como robo común, pues muchas veces es mayor lo que consumen que lo que ganan, “roban para vender el producto y tener un dinero para poder comprar aquel narcótico que necesitan”, explicó.
La entrevistada explicó que en este sentido se puede ver que actualmente el consumo de drogas se ha incrementado, de tal forma que anteriormente los jóvenes participaban más en delitos con alta violencia, como robos a casa o vehículos con armas, secuestros exprés, “era dinámica social diferente, además de que eran reclutados por grupos criminales. En concreto, la dinámica cambia en relación con que hay más drogas en la calle y por ende consumen estas drogas”.
Cinco de cada diez reincide
Cinco de cada diez menores infractores reinciden en algún delito, luego de que los adolescentes son canalizados a centros de rehabilitación, servicio comunitario en coordinación con Seguridad Pública Municipal, así como tratamiento psicológico, tanto para los menores como sus padres, esto como parte del tratamiento adicional que los infractores reciben tras recibir su condena.
De acuerdo con los casos que se reciben en la Unidad de Agentes Especializados en Justicia para Adolescentes Infractores, una vez que los menores son detenidos, se tiene especial atención a sus familias para conocer la problemática que encierra el menor que ha delinquido.
En muchos casos se puede ver que los menores no se encuentran estudiando, por lo que además viven en un círculo vicioso en el que al no tener actividades recreativas u ocupación, siguen infringiendo la ley.
Otro de los aspectos que llama la atención es la ausencia de la madre, pues es cabeza de familia y tiene que salir a trabajar; en muchas ocasiones también el joven se desenvuelve en una familia con padre y madre, pero no hay una buena comunicación con los hijos.
Ante la falta de comunicación, toda vez que no existe confianza, los adolescentes no hablan con sus padres y esto se puede ver en el hecho de que desconocen las amistades con las que se relacionan, notándose que no existe una interacción entre padres e hijos.
Una vez que los adolescentes llegan a la Unidad de Agentes Especializados en Delitos para Adolescentes, la instancia se encarga de canalizarlos a lugares como centros de desintoxicación; una vez que los jóvenes están en proceso ante el juez, se les ofrece además la posibilidad de tratamiento psicológico y gestión para que sigan estudiando o incluso apoyo para que encuentren un trabajo.
Asimismo en conjunto con Seguridad Pública se mandan para que hagan servicio comunitario, el cual consiste en limpiar parques, casas o espacios públicos con la finalidad de que retribuyan a la sociedad algo y reparen los daños que hicieron.
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