En una operación minuciosa y delicada, la Fiscalía de Distrito Zona Occidente realizó un rastreo en la localidad de Tubares, municipio de Urique, donde se localizaron pequeños fragmentos óseos con indicios de alteración térmica. Estos hallazgos se suman a una serie de investigaciones en curso relacionadas con la desaparición de personas en la región, un tema que ha mantenido en vilo a la comunidad.
El rastreo, que tuvo lugar en un camino que conecta Tubares con la localidad de El Chorro, forma parte de un esfuerzo continuo por esclarecer la situación de personas desaparecidas en el municipio de Urique y áreas circundantes.
La intervención fue motivada por denuncias y la información proporcionada por ciudadanos y familiares de las víctimas, quienes han estado cooperando estrechamente con las autoridades para la localización de los afectados.
La operación comenzó desde tempranas horas del miércoles 21 de agosto, en una área identificada previamente como de interés por los investigadores. Los peritos utilizaron técnicas de cribado, un proceso meticuloso que permite separar y examinar los materiales encontrados en el sitio y fue así como lograron recuperar los pequeños fragmentos óseos, los cuales presentan signos de haber estado expuestos a altas temperaturas, sugiriendo la posibilidad de que se haya intentado destruir evidencia.
Además de los fragmentos óseos, los agentes hallaron un casquillo percutido, dos ojivas, y diversos objetos que podrían estar relacionados con la actividad criminal en la zona. Entre ellos se encontraron 11 botones metálicos, remaches metálicos, fragmentos de soga y de cinta adhesiva, así como un trozo de costal de polietileno. Todos estos elementos fueron cuidadosamente asegurados y serán sometidos a análisis forenses detallados, en un esfuerzo por reconstruir los eventos que llevaron a su presencia en el lugar.
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El hallazgo de estos restos óseos y los objetos asociados no solo refuerza las sospechas de actividades delictivas en la zona, sino que también subraya la gravedad del problema de las desapariciones en la región. La evidencia de alteración térmica en los fragmentos óseos podría indicar un intento deliberado de ocultar o destruir evidencia, complicando aún más la labor de las autoridades en su búsqueda de la verdad.
El rastreo se llevó a cabo en un área de aproximadamente 100 metros cuadrados, y se extendió hasta las 16:30 horas, cuando las inclemencias del tiempo obligaron a las autoridades a dar por concluidas las actividades del día. Sin embargo, el trabajo está lejos de haber terminado; los objetos recuperados serán analizados en los laboratorios de la Fiscalía para determinar su relevancia en las investigaciones en curso.
En esta operación participaron agentes del Ministerio Público, así como miembros de la Unidad de Investigación de Personas Desaparecidas y/o Ausentes de la Fiscalía de Distrito Zona Occidente. También se contó con la colaboración de personal del Distrito Arteaga, así como con la asistencia de un perito en criminalística de campo y un perito en antropología forense. Esta combinación de esfuerzos interdisciplinarios es crucial para abordar la complejidad de los casos de desapariciones y homicidios en la región.
Este descubrimiento añade una capa más a las investigaciones en torno a la desaparición de personas en Urique, una problemática que ha dejado una profunda huella en la comunidad local. Con los fragmentos óseos y demás evidencias ahora bajo análisis, la Fiscalía de Distrito Zona Occidente continúa su labor con la esperanza de arrojar luz sobre estos crímenes y llevar a los responsables ante la justicia. La comunidad, mientras tanto, sigue esperando respuestas en medio de una situación que se agrava con cada nuevo hallazgo.
Los próximos pasos en la investigación dependerán en gran medida de los resultados de los análisis forenses, los cuales podrían aportar información crucial para identificar a las víctimas y avanzar en la resolución de los casos de personas desaparecidas en la región.