Proteger y concientizar son parte de los objetivos del zoológico de Aldama, pues además de ser un espacio para la diversión de chicos y grandes, su compromiso más fuerte es el de mantener seguros y con el mayor bienestar posible a los mil 500 animales que albergan las instalaciones.
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Con un total de 72 especies el zoológico de Aldama es uno de los más abastecidos incluso sobre el de Chapultepec que sólo cuenta con 60 especies. Además la flora, del también conocido Serengueti, consiste en cinco mil árboles plantados para beneficio de los animales habitantes y de las personas visitantes, pues durante el recorrido pueden detenerse a descansar y admirar las instalaciones.
De acuerdo con Alberto Hernández Ramírez, director del complejo, durante los fines de semana con mejor clima, con temperaturas de templadas a calidad, y durante la temporada vacacional es cuando se tiene una mayor afluencia de familias chihuahuenses y de distintos estados del país.
Este mes de febrero el zoológico cumple 16 años de estar al servicio de los animales, pues según explicó Hernández, su importancia radica no sólo en el espacio de recreación y diversión para las familias, sino que también cumple funciones didácticas, de investigación y reproducción de especies.
“Constantemente estamos creciendo, porque nosotros, con los escasos recursos que hay, vamos construyendo más albergues cada vez más adecuados a los espacios que tenemos”, dijo, y agregó que al ser una empresa privada no reciben ayuda económica por parte del Gobierno, siendo los ingresos de las Cabañas del Tío Albert lo que les permite seguir con las puertas abiertas.
Al respecto, especificó que si bien sus hijos le piden que deje atrás al zoológico, al ya no ser un “buen negocio”, Hernández se dice satisfecho al hacer algo que siempre le ha gustado y que hasta el momento su promedio de visitantes es cercano a las 100 mil personas al año.
Con un costo de entrada de 60 pesos, y 30 para los menores de cinco años de edad, los ingresos del zoológico no son suficientes para mantener una buena alimentación y vigilancia para las 72 especies que alberga, pues tan sólo los felinos llegan a comer una vaca entera por día.
Otra de las problemáticas presupuestales que el zoológico enfrenta es el apoyo que brinda a los distintos niveles de gobierno cuando éstos requisan un animal silvestre que obraba en poder de algún particular sin los permisos adecuados, pues al no contar con presupuesto suficiente para mantener a los animales, van a parar a los zoológicos de las entidades.
En el Serengueti se encuentran dos osos, tres pumas, cuatro leones africanos y cuatro tigres de Bengala que fueron requisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y entregados al zoológico sin que aporten de alguna manera con los gastos de sus cuidados.
El complejo tiene una extensión total de 10 hectáreas, seis de las cuales son destinadas al espacio en que residen los animales. “Algo que la gran mayoría de las personas no saben es que todos los animales nacieron en cautiverio, no fueron incautados desde su hábitat natural, están acostumbrados desde siempre a vivir en espacios no tan amplios”, señaló el administrador.
Respecto a las regulaciones que debe cumplirse en las instalaciones, el director aseguró que las actividades se encuentran reguladas por la Secretaría de Medioambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (México), y la Dirección de Ecología de la Secretaría Estatal de Desarrollo Urbano y Ecología.
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