/ martes 9 de noviembre de 2021

Localizan en el Bolsón de Mapimí un meteorito

El fragmento encontrado tiene unas dimensiones de seis centímetros de largo, por 4.5 centímetros de ancho en la parte central, así como de un espesor de 1.5 centímetros

A tres horas de la cabecera municipal de Jiménez, cerca de la frontera del estado de Chihuahua con los estados de Durango y Coahuila, se realizó el hallazgo del objeto espacial, en un área remota del desierto chihuahuense.

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En el corazón del Bolsón de Mapimí, fue que se localizó la pieza del espacio, entre una formación geológica de caliza, perteneciente a unas sierras aisladas del desierto.

Un largo viaje de tres horas, a lo profundo del desierto jimenense, en dirección al sur, fue la primera etapa de la travesía, para poder llegar a las sierras donde se han identificado la precipitación de los cuerpos celestes, expresa “Talo”, el señor que realizó el hallazgo.

La investigación no fue producto de un solo día, ya que, a lo largo de más de cinco años, fue como se hizo posible el hallazgo, toda vez que el encontrar, identificar y corroborar que se trata de un meteorito, es una tarea ardua y que requiere de varios conocimientos y análisis, según comenta el señor “Talo”.

Dentro de este sector del desierto del municipio de Jiménez, que colinda con el área geográfica apodada la “Zona del Silencio”, se ha identificado la precipitación de cuerpos celestes, cuyos objetos, debido a la explosión que generan al ingresar a la atmosfera la mayoría de estos, son fragmentos de escasos centímetros o milímetros, de los cuales, no se puede rescatar un ejemplar lo suficientemente grande como para ser exhibido o analizado.

Decenas de kilómetros en el desierto, se tuvieron que recorrer, a pie para encontrar una pieza meteorítica, la cual corresponde a un "siderito" de tipo ferroso, cuya composición en su mayoría es de fierro [Fe] y niquel [Ni], expresa el señor “Talo”, mientras sostiene el objeto en su mano izquierda y con su mano derecha una lupa, para observar cada detalle.

El fragmento encontrado tiene unas dimensiones de seis centímetros de largo, por 4.5 centímetros de ancho en la parte central, así como de un espesor de 1.5 centímetros.

Como si fueran una pieza moldeable de plastilina, a la cual se le dejan marcada las yemas de los dedos, generando pequeñas cavidades ovoides, es como se presentan al momento de ser encontrados, toda vez que al ingresar a la tierra y entrar en contacto con la atmosfera, el metal del siderito se funde, generando pequeñas gotas que se desprenden del cuerpo, dejando cavidades en la roca, comenta el señor “Talo”.

Así mismo, expresa que las aleaciones de los meteoritos ferrosos, como el que la pose, son dos; de fierro y níquel, en mayor o menor grado, y que, dependiendo de la presencia de estos elementos, es como se definirá la estructura.

Los geólogos y científicos formulan la teoría, de que los restos de los meteoritos metálicos, provienen del núcleo de asteroides que colisionan entre sí.

A la par del fragmento encontrado, el señor “Talo”, refiere que también se lograron identificar pequeñas chispas de meteorito, las cuales se pudieron localizar a escasos metros del hallazgo, por lo que refiere, es un indicio de que en este punto en especifico, se pueden localizar más ejemplares como el mostrado para esta casa editorial, El Sol de Parral.

Este tipo de meteoritos, pese a la fricción y erosión que sufren al entrar en contacto con la atmosfera terrestre, son los que sufren menos desgaste, por su composición ferrosa.

En la región sur del estado de Chihuahua, se ha precipitado dos grandes meteoritos, siendo el más conocido el de Allende, en el año de 1969, cuyo peso fue de dos toneladas y es uno de los meteoritos más representativos y estudiados a nivel mundial.

Foto: Cortesía @ The Planetary Society

Otro de los grandes sideritos, de tipo ferroso, que se precipitó en la sierra de chupaderos, perteneciente al municipio de Jiménez, fue el de Chupaderos, cuyos fragmentos fueron localizados en el año de 1852, en dos partes; uno de 14.1 toneladas y el otro de 6.8 toneladas, cuyas piezas se encontraron 250 metros, una de otra.

Para este hallazgo del siderito de Chupaderos, fue encontrado un tercer ejemplar, en la sierra de las Adargas a 40 Km, del suroeste de Jiménez, cuyo peso fue de 3.4 toneladas.

Con el reciente hallazgo del señor “Talo”, Jiménez es uno de los municipios, a nivel estatal donde se han hecho hallazgos de gran envergadura, respecto a objetos procedentes del espacio exterior.

La pieza del señor “Talo” actualmente se encuentra bajo la custodia de una colección privada, cuyo acceso al hallazgo fue parte de una solicitud de más de cinco meses.

A tres horas de la cabecera municipal de Jiménez, cerca de la frontera del estado de Chihuahua con los estados de Durango y Coahuila, se realizó el hallazgo del objeto espacial, en un área remota del desierto chihuahuense.

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En el corazón del Bolsón de Mapimí, fue que se localizó la pieza del espacio, entre una formación geológica de caliza, perteneciente a unas sierras aisladas del desierto.

Un largo viaje de tres horas, a lo profundo del desierto jimenense, en dirección al sur, fue la primera etapa de la travesía, para poder llegar a las sierras donde se han identificado la precipitación de los cuerpos celestes, expresa “Talo”, el señor que realizó el hallazgo.

La investigación no fue producto de un solo día, ya que, a lo largo de más de cinco años, fue como se hizo posible el hallazgo, toda vez que el encontrar, identificar y corroborar que se trata de un meteorito, es una tarea ardua y que requiere de varios conocimientos y análisis, según comenta el señor “Talo”.

Dentro de este sector del desierto del municipio de Jiménez, que colinda con el área geográfica apodada la “Zona del Silencio”, se ha identificado la precipitación de cuerpos celestes, cuyos objetos, debido a la explosión que generan al ingresar a la atmosfera la mayoría de estos, son fragmentos de escasos centímetros o milímetros, de los cuales, no se puede rescatar un ejemplar lo suficientemente grande como para ser exhibido o analizado.

Decenas de kilómetros en el desierto, se tuvieron que recorrer, a pie para encontrar una pieza meteorítica, la cual corresponde a un "siderito" de tipo ferroso, cuya composición en su mayoría es de fierro [Fe] y niquel [Ni], expresa el señor “Talo”, mientras sostiene el objeto en su mano izquierda y con su mano derecha una lupa, para observar cada detalle.

El fragmento encontrado tiene unas dimensiones de seis centímetros de largo, por 4.5 centímetros de ancho en la parte central, así como de un espesor de 1.5 centímetros.

Como si fueran una pieza moldeable de plastilina, a la cual se le dejan marcada las yemas de los dedos, generando pequeñas cavidades ovoides, es como se presentan al momento de ser encontrados, toda vez que al ingresar a la tierra y entrar en contacto con la atmosfera, el metal del siderito se funde, generando pequeñas gotas que se desprenden del cuerpo, dejando cavidades en la roca, comenta el señor “Talo”.

Así mismo, expresa que las aleaciones de los meteoritos ferrosos, como el que la pose, son dos; de fierro y níquel, en mayor o menor grado, y que, dependiendo de la presencia de estos elementos, es como se definirá la estructura.

Los geólogos y científicos formulan la teoría, de que los restos de los meteoritos metálicos, provienen del núcleo de asteroides que colisionan entre sí.

A la par del fragmento encontrado, el señor “Talo”, refiere que también se lograron identificar pequeñas chispas de meteorito, las cuales se pudieron localizar a escasos metros del hallazgo, por lo que refiere, es un indicio de que en este punto en especifico, se pueden localizar más ejemplares como el mostrado para esta casa editorial, El Sol de Parral.

Este tipo de meteoritos, pese a la fricción y erosión que sufren al entrar en contacto con la atmosfera terrestre, son los que sufren menos desgaste, por su composición ferrosa.

En la región sur del estado de Chihuahua, se ha precipitado dos grandes meteoritos, siendo el más conocido el de Allende, en el año de 1969, cuyo peso fue de dos toneladas y es uno de los meteoritos más representativos y estudiados a nivel mundial.

Foto: Cortesía @ The Planetary Society

Otro de los grandes sideritos, de tipo ferroso, que se precipitó en la sierra de chupaderos, perteneciente al municipio de Jiménez, fue el de Chupaderos, cuyos fragmentos fueron localizados en el año de 1852, en dos partes; uno de 14.1 toneladas y el otro de 6.8 toneladas, cuyas piezas se encontraron 250 metros, una de otra.

Para este hallazgo del siderito de Chupaderos, fue encontrado un tercer ejemplar, en la sierra de las Adargas a 40 Km, del suroeste de Jiménez, cuyo peso fue de 3.4 toneladas.

Con el reciente hallazgo del señor “Talo”, Jiménez es uno de los municipios, a nivel estatal donde se han hecho hallazgos de gran envergadura, respecto a objetos procedentes del espacio exterior.

La pieza del señor “Talo” actualmente se encuentra bajo la custodia de una colección privada, cuyo acceso al hallazgo fue parte de una solicitud de más de cinco meses.

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