Viendo con el corazón, en una sublime muestra de amor al prójimo, Rosy Ontiveros camina de la mano de su hijo José Gabriel, quien es su lazarillo, y que brinda su tiempo vacacional para ser los ojos de la mujer con discapacidad visual total, al recorrer juntos las calles del Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua.
“Me facilita la movilidad, haciéndome caminar más rápida y eficiente. En cuanto al flujo de personas y cruce de calles que no son muy complicados, también me ayuda. Si hay mucho tráfico, pedimos apoyo a otra gente”, comentó orgullosa su madre.
José Gabriel aclaró que su mamá le enseñó a movilizarse, y tiene puntos de referencia de avenidas principales, para mejor ubicación.
“Desde chiquito, desde los dos años y medio, él ha sido muy perspicaz para la movilidad”, acotó Rosy.
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