Desde la tarde del miércoles, familiares y amigos del pequeño Diego se reunieron en la vivienda de la calle Senderos de Cataluña con el numeral 3764, del fraccionamiento Senderos de San Isidro, para darle el último adiós.
En la sala de está humilde vivienda fue acomodado el féretro en color azul, que fue visitado por sus amiguitos y vecinos que todavía no podían creer como fue que le arrebataron la vida.
Según información que le han dado a sus padres, la Fiscalía de Distrito detuvo a dos personas como posibles responsables del asesinato de Diego, quiénes está siendo investigados para establecer el por qué le arrancaron la vida.
El padre del menor, el señor Carlos Valadez, reiteró que él no sabía que estaba desaparecido, hasta que fue localizado ya sin vida la mañana del lunes en el lote baldío que divide dicho fraccionamiento.
"A mí no me avisaron hasta después de 40 horas que el niño había desaparecido, no me avisaron, yo me salí del trabajo porque una vecina me dijo que estaba desaparecido", dijo el afligido padre.
Recalcó que ellos querían que se hiciera justicia por este cruel asesinato, ya que era un niño y ahora solo le quedará el recuerdo de un hijo noble, amigable y muy querido por toda la gente.
Por su parte su madre, la señora Isabel Luna, no dejaba de abrazar el féretro y de besar el vidrio que la separaba de su pequeño, a quien le arrebataron la vida estrangulándolo, según la necropsia del Servicio Médico Forense.