/ miércoles 1 de noviembre de 2017

Madre de los niños asesinados: Mi error fue creer en un te amo

“Mi error fue creer en un ‘te amo’, que creí sincero yque acabó con la razón de mi existir; mis hijos”, aseguróAngélica Hernández, madre de los niños  “Tavito" y "Yuyis",de 13 y 7 años de edad, asesinados hace un año por su padrastroÓscar Omar Ortega.

“Ellos eran mi vida y desde ese día no puedo dormir bien y nohe podido permanecer fija en ningún trabajo”, señala la madrede familia, quien ya no puede procrear más hijos.

Entrevistada en el exterior de su casa, la madre de familia quehace un año perdió a sus únicos hijos Jesús Octavio y MayraJudith de 13 y 7 años de edad, dice que no tiene ilusiones pues“lo que más quería, dos tesoros ya no están conmigo, se me fuela  vida por creer que me amaba, por creer que me amaba un hombresin sentimientos”, señala.

“No estoy conforme con la sentencia que le dieron a ÓscarOmar Ortega Carbajal, incluso de la Fiscalía no me han dadoinformes sobre esa sentencia de 50 años que le dieron, pero laverdad se me hace muy poco por todo el daño que me hizo y les hizoa mis hijos, porque mis hijos no le hacían daño a nadie, eranunos niños, no merecían tanto dolor y sufrimiento”, asegura la madre de familia, quien poco puede hacer para evitar que losojos se le llenen de lágrimas al recordar a sus hijos y cómo no,pues eran su vida, eran su alegría, eran las ganas de saliradelante pese a todas a las adversidades del destino.

Hoy le queda su familia, pero el amor de su corazón y de suvientre en donde cargó a sus hijos, ya no lo tiene, sólo fotos yrecuerdos de ellos, su más grande amor. “Imagínese, no puedopermanecer en los trabajos, la depresión no me deja, no hay nocheque pueda dormir, siempre estoy pensando en ellos a cada instantede mi vida, esto es muy triste, muy duro para mí, la verdad es quenunca pensé que viviría algo así”, narra la madre de losniños que le fueron arrebatados por el amor enfermizo que ÓscarOrtega Carbajal le decía profesar.

“Ellos eran mi vida completa, eran mi motor. Eran los que melevantaban todos los días para echarle ganas a la vida. Yo esedía 30 octubre del 2016, era mi primer día de trabajo después demucho tiempo, me había presentado a trabajar como guardia deseguridad y de nada sirvió, porque mis hijos  sufrieron a manosde este sujeto que me robó lo que más amaba en la vida”,comenta la madre de familia, quien dice que no se conoce del todo alas personas que en ocasiones llegan a ocasionar daño como en estecaso sucedió.

“Hoy para mí la vida no tiene sentido. Trato de saliradelante, pero  no es fácil, menos sabiendo que no tengo a mishijos conmigo. Esto es algo, es un dolor que no se lo deseo anadie, porque la verdad cada día los extraño más y los veosiempre conmigo, aunque sé que en la realidad no están  y esoduele cada vez más”, dice la madre de familia.

Como consejo a las madres solteras o divorciadas y con hijos,les advierte de no confiar en nadie. “Que no confíen en el ‘teamo’ porque muchas veces son personas falsas, a lo mejor sí hayalguien que las vaya a amar, pero tienen que tener mucho cuidado.Yo ya no tengo nada que perder. Ya no puedo ser madre tampoco, porlo que tengo que salir adelante como pueda, aunque no será nadafácil”, concluye Angélica Hernández.

Condenan a 50 años al padrastrohomicida 

Un fallo condenatorio de 50 años y ocho meses de prisiónobtuvo la Fiscalía de Distrito Zona Centro en contra de ÓscarOmar Ortega Carbajal, sujeto que violó y asesinó a sus hijastrosmenores de edad. Las víctimas, fueron los niños Octavio y JudithMárquez Hernández de 13 y 9 años respectivamente. Octavioestudiaba en la secundaria estatal 3024, escuela que se ubica a 600metros de la casa que habitaban y donde fueron privados de laexistencia.

La agente del Ministerio Público de la Unidad de Delitos Contrala Vida acreditó que el 30 de octubre del 2016, el sentenciadocometió los delitos en el domicilio marcado con el número 15703de la calle Monte Carmelo en la colonia Atenas, IV etapa.

Ese día Angélica, madre de los menores, se fue a trabajar y leencargó a su pareja sentimental el cuidado de sus hijos JesúsOctavio y Mayra Judith de 9 y 12 años; cuando regresó, el sujetole comentó que los menores habían salido a una fiesta.

Al no tener noticias de ellos, salió a buscarlos en diversasdirecciones y le dio aviso al padre biológico y a familiares, y alno encontrarlos regresó a su casa, donde Óscar Omar le dejó unacarta en la que le decía “ojalá y pronto encuentres a tushijos”.

Inmediatamente la mujer acudió a las instalaciones de laFiscalía, donde le brindaron apoyo e interpuso el reporte deextravío de los niños, ya que estos no habían llegado adormir.

Los elementos ministeriales implementaron un operativo debúsqueda y momentos después localizaron los cuerpos sin vida enel patio del domicilio donde vivían, envueltos en una cobija,atados de pies y manos bajo tablas y basura.

El fiscal de Distrito Zona Centro, Carlos Mario JiménezHolguín, instruyó una  búsqueda ininterrumpida y vigilanciapermanente en todas las centrales de autobuses y carreteras para lalocalización de Óscar Omar, quien en ese momento era el principalsospechoso de la muerte de los niños.

Horas después, agentes investigadores adscritos a la Zona Nortedetuvieron al sujeto a bordo de un tractocamión en el que viajabade “rait”, en un filtro de inspección en el bulevar ÓscarFlores y Santos Dumont, en Ciudad Juárez, donde intentó ocultarsecon la intención de huir a los Estados Unidos.

A través de un trabajo de investigación, la agente delMinisterio Público recabó las pruebas periciales, testimoniales,genética, odontología forense, rastreo hemático, necrocirugía,entre otras, para acreditar que Óscar Omar violó a Jesús Octavioy Mayra Judith, y los encerró en el baño para privarlos de lavida.

Para cometer el crimen, subió el volumen de la música para queno se escucharan los gritos de los menores, luego limpió losrastros de sangre en la escena y envolvió los cuerpos en unacobija para esconderlos.

Como resultado de una excelente investigación e inmediatareacción por parte de los elementos de la Unidad Especializada enInvestigación de Delitos Contra la Vida, se obtuvo una ejemplarsentencia de 50 años y ocho meses de prisión en contra de ÓscarOmar Ortega Carbajal.

En el abandono vivienda donde ocurrieron loshechos 

Completamente sola se encuentra la vivienda donde  fueronprivados de la existencia Tavito" y "Yuyis", de 13 y 7 años deedad. La casa ubicada en la calle Monte Carmelo 1573  a 200 metrosde la avenida Nogales al norte de la ciudad, permanece abandonada ycon sellos que en su momento le pegó la Fiscalía. A la casapintada de color verde nadie se ha acercado  y ya ni rastros hayde las veladoras que en su momento los vecinos encendieron por elalma de los niños victimados.

En ese domicilio hace un año, el domingo 30 de octubre ÓscarOmar Ortega Carbajal asesinó a sus hijastros. El 7 de noviembredel 2016, en la audiencia de vinculación a proceso (es decir,cuando se le dictó el auto de  formal prisión) al  padrastro deOctavio y Mayra Judith, el Ministerio Público dio a conocer que enbase a las declaraciones del imputado y de algunos vecinos, elcrimen de los hermanitos se llevó a cabo entre las cinco y lasseis de la tarde del domingo 30 de octubre.

En esa  fecha, la agente del Ministerio Público dio lectura ala declaración de Óscar Omar Ortega Carbajal, acusado de violar ymatar a sus dos hijastros, dando a conocer que el ahora imputadoconfesó ante su abogado defensor haber cometido el crimen entrelas cinco y las seis de la tarde.

En base a declaración de los vecinos, se detalló que en estahora Ortega Carbajal puso música de banda a muy alto volumen, loque llamó la atención de algunos de ellos, ya que por lo generalen esa casa no se ponía la música tan alta.

La agente del Ministerio Público narró que otro de los vecinosdeclaró que, al filo de las 17:30 horas escuchó música de bandaa muy alto volumen, por lo que él decidió poner la música altaen su domicilio también.

A los niños ya sin vida, los tapó con unas cobijas en el patiode la casa. Después durante la madrugada del lunes 31 de octubre,huyó de la casa con rumbo a Ciudad Juárez, tras pedir ‘raid’a un conductor de un tráiler, pero la noche de ese mismo lunes fuedetenido al llegar a la frontera.

“Mi error fue creer en un ‘te amo’, que creí sincero yque acabó con la razón de mi existir; mis hijos”, aseguróAngélica Hernández, madre de los niños  “Tavito" y "Yuyis",de 13 y 7 años de edad, asesinados hace un año por su padrastroÓscar Omar Ortega.

“Ellos eran mi vida y desde ese día no puedo dormir bien y nohe podido permanecer fija en ningún trabajo”, señala la madrede familia, quien ya no puede procrear más hijos.

Entrevistada en el exterior de su casa, la madre de familia quehace un año perdió a sus únicos hijos Jesús Octavio y MayraJudith de 13 y 7 años de edad, dice que no tiene ilusiones pues“lo que más quería, dos tesoros ya no están conmigo, se me fuela  vida por creer que me amaba, por creer que me amaba un hombresin sentimientos”, señala.

“No estoy conforme con la sentencia que le dieron a ÓscarOmar Ortega Carbajal, incluso de la Fiscalía no me han dadoinformes sobre esa sentencia de 50 años que le dieron, pero laverdad se me hace muy poco por todo el daño que me hizo y les hizoa mis hijos, porque mis hijos no le hacían daño a nadie, eranunos niños, no merecían tanto dolor y sufrimiento”, asegura la madre de familia, quien poco puede hacer para evitar que losojos se le llenen de lágrimas al recordar a sus hijos y cómo no,pues eran su vida, eran su alegría, eran las ganas de saliradelante pese a todas a las adversidades del destino.

Hoy le queda su familia, pero el amor de su corazón y de suvientre en donde cargó a sus hijos, ya no lo tiene, sólo fotos yrecuerdos de ellos, su más grande amor. “Imagínese, no puedopermanecer en los trabajos, la depresión no me deja, no hay nocheque pueda dormir, siempre estoy pensando en ellos a cada instantede mi vida, esto es muy triste, muy duro para mí, la verdad es quenunca pensé que viviría algo así”, narra la madre de losniños que le fueron arrebatados por el amor enfermizo que ÓscarOrtega Carbajal le decía profesar.

“Ellos eran mi vida completa, eran mi motor. Eran los que melevantaban todos los días para echarle ganas a la vida. Yo esedía 30 octubre del 2016, era mi primer día de trabajo después demucho tiempo, me había presentado a trabajar como guardia deseguridad y de nada sirvió, porque mis hijos  sufrieron a manosde este sujeto que me robó lo que más amaba en la vida”,comenta la madre de familia, quien dice que no se conoce del todo alas personas que en ocasiones llegan a ocasionar daño como en estecaso sucedió.

“Hoy para mí la vida no tiene sentido. Trato de saliradelante, pero  no es fácil, menos sabiendo que no tengo a mishijos conmigo. Esto es algo, es un dolor que no se lo deseo anadie, porque la verdad cada día los extraño más y los veosiempre conmigo, aunque sé que en la realidad no están  y esoduele cada vez más”, dice la madre de familia.

Como consejo a las madres solteras o divorciadas y con hijos,les advierte de no confiar en nadie. “Que no confíen en el ‘teamo’ porque muchas veces son personas falsas, a lo mejor sí hayalguien que las vaya a amar, pero tienen que tener mucho cuidado.Yo ya no tengo nada que perder. Ya no puedo ser madre tampoco, porlo que tengo que salir adelante como pueda, aunque no será nadafácil”, concluye Angélica Hernández.

Condenan a 50 años al padrastrohomicida 

Un fallo condenatorio de 50 años y ocho meses de prisiónobtuvo la Fiscalía de Distrito Zona Centro en contra de ÓscarOmar Ortega Carbajal, sujeto que violó y asesinó a sus hijastrosmenores de edad. Las víctimas, fueron los niños Octavio y JudithMárquez Hernández de 13 y 9 años respectivamente. Octavioestudiaba en la secundaria estatal 3024, escuela que se ubica a 600metros de la casa que habitaban y donde fueron privados de laexistencia.

La agente del Ministerio Público de la Unidad de Delitos Contrala Vida acreditó que el 30 de octubre del 2016, el sentenciadocometió los delitos en el domicilio marcado con el número 15703de la calle Monte Carmelo en la colonia Atenas, IV etapa.

Ese día Angélica, madre de los menores, se fue a trabajar y leencargó a su pareja sentimental el cuidado de sus hijos JesúsOctavio y Mayra Judith de 9 y 12 años; cuando regresó, el sujetole comentó que los menores habían salido a una fiesta.

Al no tener noticias de ellos, salió a buscarlos en diversasdirecciones y le dio aviso al padre biológico y a familiares, y alno encontrarlos regresó a su casa, donde Óscar Omar le dejó unacarta en la que le decía “ojalá y pronto encuentres a tushijos”.

Inmediatamente la mujer acudió a las instalaciones de laFiscalía, donde le brindaron apoyo e interpuso el reporte deextravío de los niños, ya que estos no habían llegado adormir.

Los elementos ministeriales implementaron un operativo debúsqueda y momentos después localizaron los cuerpos sin vida enel patio del domicilio donde vivían, envueltos en una cobija,atados de pies y manos bajo tablas y basura.

El fiscal de Distrito Zona Centro, Carlos Mario JiménezHolguín, instruyó una  búsqueda ininterrumpida y vigilanciapermanente en todas las centrales de autobuses y carreteras para lalocalización de Óscar Omar, quien en ese momento era el principalsospechoso de la muerte de los niños.

Horas después, agentes investigadores adscritos a la Zona Nortedetuvieron al sujeto a bordo de un tractocamión en el que viajabade “rait”, en un filtro de inspección en el bulevar ÓscarFlores y Santos Dumont, en Ciudad Juárez, donde intentó ocultarsecon la intención de huir a los Estados Unidos.

A través de un trabajo de investigación, la agente delMinisterio Público recabó las pruebas periciales, testimoniales,genética, odontología forense, rastreo hemático, necrocirugía,entre otras, para acreditar que Óscar Omar violó a Jesús Octavioy Mayra Judith, y los encerró en el baño para privarlos de lavida.

Para cometer el crimen, subió el volumen de la música para queno se escucharan los gritos de los menores, luego limpió losrastros de sangre en la escena y envolvió los cuerpos en unacobija para esconderlos.

Como resultado de una excelente investigación e inmediatareacción por parte de los elementos de la Unidad Especializada enInvestigación de Delitos Contra la Vida, se obtuvo una ejemplarsentencia de 50 años y ocho meses de prisión en contra de ÓscarOmar Ortega Carbajal.

En el abandono vivienda donde ocurrieron loshechos 

Completamente sola se encuentra la vivienda donde  fueronprivados de la existencia Tavito" y "Yuyis", de 13 y 7 años deedad. La casa ubicada en la calle Monte Carmelo 1573  a 200 metrosde la avenida Nogales al norte de la ciudad, permanece abandonada ycon sellos que en su momento le pegó la Fiscalía. A la casapintada de color verde nadie se ha acercado  y ya ni rastros hayde las veladoras que en su momento los vecinos encendieron por elalma de los niños victimados.

En ese domicilio hace un año, el domingo 30 de octubre ÓscarOmar Ortega Carbajal asesinó a sus hijastros. El 7 de noviembredel 2016, en la audiencia de vinculación a proceso (es decir,cuando se le dictó el auto de  formal prisión) al  padrastro deOctavio y Mayra Judith, el Ministerio Público dio a conocer que enbase a las declaraciones del imputado y de algunos vecinos, elcrimen de los hermanitos se llevó a cabo entre las cinco y lasseis de la tarde del domingo 30 de octubre.

En esa  fecha, la agente del Ministerio Público dio lectura ala declaración de Óscar Omar Ortega Carbajal, acusado de violar ymatar a sus dos hijastros, dando a conocer que el ahora imputadoconfesó ante su abogado defensor haber cometido el crimen entrelas cinco y las seis de la tarde.

En base a declaración de los vecinos, se detalló que en estahora Ortega Carbajal puso música de banda a muy alto volumen, loque llamó la atención de algunos de ellos, ya que por lo generalen esa casa no se ponía la música tan alta.

La agente del Ministerio Público narró que otro de los vecinosdeclaró que, al filo de las 17:30 horas escuchó música de bandaa muy alto volumen, por lo que él decidió poner la música altaen su domicilio también.

A los niños ya sin vida, los tapó con unas cobijas en el patiode la casa. Después durante la madrugada del lunes 31 de octubre,huyó de la casa con rumbo a Ciudad Juárez, tras pedir ‘raid’a un conductor de un tráiler, pero la noche de ese mismo lunes fuedetenido al llegar a la frontera.

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