En los últimos años, al menos seis empresas constructoras han afincado varios desarrollos habitacionales en la zona contigua al Relleno Sanitario, los cuales en conjunto suman alrededor de cinco mil viviendas, cuyos ocupantes tienen que vivir diariamente con los inconvenientes que acarrea el mal olor que desprende la basura localizada a pocos metros de sus casas.
Manuel, residente en el fraccionamiento “Cerrada de Orleans”, el más próximo al Relleno Sanitario ya que se ubica a una distancia de poco más de un kilómetro de éste, compró su casa en dicho desarrollo habitacional hace 4 años, animado por los comentarios de la persona que se la vendió entonces, la cual le aseguró que el Relleno Sanitario sería reubicado lejos del sector a más tardar en un año, cosa que no ocurrió.
Con precios que en promedio oscilan entre los 600 y los 730 mil pesos por una vivienda estándar de dos recámaras, un baño, cocina, sala comedor, patio trasero y espacio para estacionarse al frente, empresas como Yvasa, CTU, Atlas, Dasa, Orbi y Procosa han atraído cada vez más personas a vivir en la zona contigua al Relleno Sanitario y al Rastro Municipal, donde el mal olor obliga a los residentes a modificar su estilo de vida.
Si bien la mayoría de los vecinos coinciden en que el sector es tranquilo y la incidencia de robos o vandalismo es muy baja, las oportunidades de esparcimiento se ven mermadas por el permanente olor a basura. “A pesar de que cada cerrada tiene un parque, es imposible salir con tus hijos por el penetrante olor de la basura y los desechos del Rastro”, continúa Miguel, quien además afirma que la presencia de insectos como las moscas o cucarachas es mucho mayor que en la zona urbana de la capital, al igual que la aparición de animales ponzoñosos como la víbora de cascabel, “muy común en la zona”, asegura.
Ana Laura, vecina del fraccionamiento Paseo de los Leones IV etapa, denuncia que el olor de la basura es “insoportable durante el día, especialmente en temporada de verano”, a tal grado que los vecinos se ven forzados a restringir tareas cotidianas como lavar ropa una sola vez por semana. “Nunca imaginamos que el olor del Relleno llegaría hasta acá cuando compramos”, comentó.
Sin importar que Ana Laura adquirió su casa por un precio económico, afirmó que vivir junto al Relleno ha sido muy caro para ella y su familia. “Cuando hay humo no puedes hacer nada al exterior, ni lavar ni nada.” Los vecinos entrevistados afirmaron también que debido a la cercanía con el Relleno Sanitario, los efectos de siniestros como el incendio registrado la semana pasada llegan hasta sus casas. “Podías sentir el calor en el ambiente, en las ventanas”.
Para los residentes del sector, el tráfico también es un inconveniente con el que deben lidiar día tras día, pues a pesar de que la zona se localiza a 15 minutos del centro de la ciudad (viajando en automóvil), al existir sólo una o dos vías de acceso a los diferentes fraccionamientos, cada mañana el tráfico se congestiona, más a últimas fechas debido a la desviación por la construcción de un paso inferior y un supermercado en el área. “Cada mañana debemos salir con al menos 40 minutos de anticipación, pero si chocaron, incluso si sólo fue un alcance, nos olvidamos de llegar a tiempo”.