A través de un acuerdo en común, las niñas Allison y Kenia, ambas hijas de Dámaris Medina, quien perdiera la vida tras caer de la gaza de La Cantera, se encuentran bajo la tutela temporal de su abuela materna, pues entre las prendas de la fallecida se encontró una carta en la que señalaba al padre de sus hijas, el señor Carlos Adrián Martínez, de tratar de vender a las menores.
Sin embargo, a pesar de la evidencia, la Fiscalía General del Estado decidió no continuar con la investigación del ahora viudo, quien actualmente se encuentra con el inicio de los trámites legales para recuperar la tutela de sus hijas ante el DIF y la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y adolescentes.
Autoridades de la Defensa del Menor afirmaron que las niñas se encuentran bien atendidas, pues a pesar del impactante suceso, las menores han podido recuperarse exitosamente, incluso con la fractura de fémur que sufrió la mayor de ellas, quien cuenta con una placa para mejorar la herida.
Diferentes versiones aseguraron que el papá de Dámaris interpuso una denuncia contra su yerno por violencia familiar la semana pasada ante la FGE, sin embargo el padre de la fallecida murió desde noviembre de 2017, según lo confirma Stephanie Medina Flores, hermana de la occisa, quien relató un sentimental mensaje a través de sus redes sociales:
“Este año y el pasado aprendí muchas cosas. Aprendí que si no pones a Dios antes que todo, irás por el camino equivocado. Que la vida no es para siempre, que se nos puede escapar de las manos en un abrir y cerrar de ojos. Sin importar lo que dejas en este mundo (familia, amigos, sueños).
“Aprendí que sólo estando ocupada 24/7 se hace un poco más llevadero la ausencia de mi papá y mi hermana. Que lo único que te queda cuando alguien parte al cielo son un montón de recuerdos, un nudo en la garganta al hablar de ellos y la fe de saber que se volverán a encontrar. Aprendí que quiero abrazar a mis seres queridos cada vez que me despida porque no sé si será la última vez.
“Aprendí que la vida puede ser injusta, dura, difícil, complicada y que a veces parece que se ensaña con uno, pero cuando ves que hay un pequeño que para él eres su mundo, y te llama mamá... encuentras el lado positivo de las cosas y te vuelves más fuerte. Aprendí a valorar cada segundo, cada instante, cada beso y abrazo, cada sonrisa, cada amanecer y cada anochecer. Cada charla, cada taza de café, cada mínimo detalle de la vida.
“Aprendí a agradecerle a Dios por todo lo que me ha dejado vivir y tener. Gracias por este segundo año agridulce
Un beso hasta el cielo a mis dos ángeles”.
Por ello, las autoridades involucradas desmintieron el hecho, de la denuncia, pues en sus registros no tienen registrado tal acontecimiento. La Fiscalía Especializada de la Mujer lamenta el manejo inadecuado de información, pues se pone en duda el compromiso social de algunos medios de información.
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