El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, ordenó en el ministerio del acolitado al seminarista Iván, quien junto con dos alumnos del Seminario Arquidiocesano de Chihuahua, más será ordenado diácono el próximo 30 de abril en la Parroquia de Santa Rosalía como parte de su camino hacia el sacerdocio.
La ceremonia se realizó durante la sagrada eucaristía dominical, en el marco de la Fiesta de la Divina Misericordia, que forma parte del Tiempo Pascual, en los 50 días que transcurren hasta el Día del Pentecostés.
El vicerrector de la Sección de Teología del Seminario Arquidiocesano de Chihuahua, Pbro. Roberto Rubio Grajeda, llamó al seminarista al altar, diciendo, “Acérquese el que va a ser instituido en el ministerio del acolitado, Iván”.
El joven caminó hasta el altar, y se hincó frente a él, iluminado por la luz neutra que entraba de los ventanales de la cúpula superior, sobre el hermoso altar de mármol de Carrara, en una ceremonia singular, portando él mismo el cubrebocas, al igual que todos en el altar, y después de haber pasado por filtros de aplicación de gel antibacterial y limpiado en tapetes sanitizantes su calzado, al igual que el reducido aforo que era permitido en la Catedral Metropolitana de Chihuahua.
“Hermanos, voy a instituir en el ministerio del acolitado al hermano Iván, va a ser ordenado diácono, también Ramón Alberto y Jesús, el 30 de abril en la parroquia de Santa Rosalía. Pero antes, tienen que ser lectores y acólitos, Ramón ya lo es, a Iván le faltaba este ministerio”, explicó Monseñor Miranda, al tiempo que dirigiéndose a Iván, le entregó el pan del Señor, y el cáliz, y lo exhortó, “Vive de tal forma que puedas servir dignamente en la mesa del Señor”, y posteriormente, la feligresía rompió en un fraternal aplauso, que retumbó en las paredes de cantera y los pilares acanalados del sagrado recinto.
Posteriormente, en las intenciones, el arzobispo Constancio pidió por el hermano Iván, quien recibió el ministerio del acolitado, y los hermanos que serán ordenados diáconos, para que den testimonio de la Verdad, con su vida y sus hechos.
Durante la homilía, al referirse al acto de fe del apóstol Tomás, quien comprobó la identidad de Jesús al tocar sus heridas, y del denuedo de los apóstoles por proclamar la resurrección de Cristo, exhortó a que en este tiempo, se edifique con su ejemplo la Iglesia.
“Nuestra fe en Jesucristo resucitado debe impulsarnos para pregonar a los cuatro vientos que el Señor vive hoy entre nosotros. Para algunas personas, es como si Jesucristo estuviera muerto, porque apenas significa algo para ellos, casi no cuenta en sus vidas, y esta gente necesita recibir la buena noticia de la resurrección del Señor, es a nosotros hoy que nos toca dar el testimonio que le dieron los otros apóstoles a Tomás, cumpliendo con la exigencia de la fe, es de esa manera como damos a conocer con el ejemplo y la palabra y edificamos a la Iglesia”, expresó.