Miles de rarámuris se enfrentan a todo tipo de rezagos, y entre éstos está el alimentario, pues más de 50 mil habitantes de dicha etnia en el estado sufren anemia y desnutrición, y son las mujeres, niñas y niños, quienes se ven más afectados.
Las cifras del Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi reafirman una realidad que ha permanecido durante décadas, y aunque se trata de estimaciones por muestreo que en la realidad podrían ser superadas, los resultados arrojan que hasta un 40 por ciento de la población indígena no tiene suficientes ingresos para llevar una alimentación básica adecuada.
La estadística no sólo se refiere a quienes viven en la zona serrana, sino también a aquéllos que han dejado su lugar de origen en busca de un mejor nivel de vida, en zonas urbanas como Ciudad Juárez y Chihuahua, donde de igual manera se alimentan de lo que tienen a su alcance.
Además de la anemia y desnutrición, la población rarámuri ha presentado otras enfermedades como la diabetes, hipertensión u obesidad, todas éstas relacionadas con los alimentos de bajo valor nutrimental, que además contienen carbohidratos en exceso, pero que a final de cuenta son de bajo costo y les es más fácil adquirirlos.
El panorama a nivel nacional no es distinto, pues el Inegi estima que entre el 56 y el 60 por ciento de la población indígena tiene un trastorno alimentario, principalmente anemia y desnutrición, que posteriormente ocasionan otros padecimientos.
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