“Patrulla” Unicef calles en el Centro por explotación infantil

Chihuahua en números rojos

Roberto Álvarez

  · domingo 17 de diciembre de 2017

Se han recibido denuncias sobre explotación laboral de niños / Sergio Hernández

Personal de la Unicef, perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas, ha llegado a Chihuahua ante la creciente cifra de niños y niñas que son explotados laboral y sexualmente, ocupando uno de los primeros lugares en el país.

El Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) ha desplegado a integrantes de su equipo para comenzar a buscar donadores que ayuden a sacar a niños de la calle, así como de lugares de alto riesgo por estar presente la explotación infantil tanto sexual como laboral, pero también están para ejercer presión a la Fiscalía General del Estado en cuanto a las carpetas de investigación por niños que han sido víctimas de dichos delitos.

Con chalecos color azul e identificaciones de esta agencia (Unicef), que pertenece a la ONU, comenzaron una campaña en el Centro Histórico concienciando a miles de chihuahuenses sobre las cifras que ocupa el estado en cuanto a los delitos de explotación sexual infantil y laboral.

Se trata de un grupo de aproximadamente 5 jóvenes que fueron desplegados y vienen de diferentes partes del país con el único objetivo de que la ciudadanía se entere de las alarmantes cifras que ocupa el estado, pero sobre todo cómo puede evitarse esto, y sacar a los niños de las calles para que regresen a las aulas y al aprendizaje.

Lamentablemente la Unicef no tiene buenas cifras para Chihuahua, pues según las estadísticas con las que cuentan en esta organización sin fines de lucro, el estado es de los principales productores de pornografía infantil.

Estos jóvenes se encontraban en el Centro Histórico enseñando también a los ciudadanos cómo darse de alta en el sistema de Unicef y convertirse en donadores con costos que van desde los 200 hasta los 300 pesos mensuales, de los cuales 10% también es destinado para niños desplazados por la guerra en Medio Oriente.

Esta es la primera vez que la Unicef lanza una campaña de este tipo en Chihuahua y se debe al alarmante incremento en cuanto a dichos delitos, por tal motivo incluso buscan que en fechas recientes tengan la capacidad de abrir una oficina en la ciudad para atender el mayor número de casos posibles.

Unicef no recibe ningún tipo de donativo proveniente de partidos políticos, para evitar que se confunda el apoyo con alguna obligación que deban cumplir con el donante.

Luis Silva, un joven que pertenece a las filas de la Unicef, informó que fueron desplegados varios de sus compañeros a Chihuahua, ya que se han recibido y hecho denuncias públicas respecto al gran número de niños que trabajan en la calle y son explotados no sólo laboral, sino también sexualmente.

Por increíble que parezca, justo a unos cuantos metros de él sus palabras se convertían en verdad, pues varios niños, en su mayoría indígenas, estaban caminando descalzos por el Centro Histórico trabajando en la venta de dulces u otros productos.

Luis lamentó que Chihuahua se una a las estadísticas alarmantes en las que los niños son explotados a una edad en la que deberían estar estudiando y disfrutando plenamente de sus derechos universales.

Por eso en cada momento que podía abordaba a grupos de chihuahuenses en el Centro para darles a conocer cómo pueden cambiar la realidad que se vive en nuestra entidad y que para muchos es desconocida.

“Chihuahua tiene números alarmantes, en las comunidades indígenas sobre todo vemos prostitución infantil, producción de pornografía infantil, explotación laboral, nuestra misión es ayudar al mayor número de niños posibles”, refirió el joven.

Sin importar el riesgo que su labor representa, se mostró entusiasta y dijo que ver los resultados o casos de éxitos en otras partes los motivó a, primero, concienciar a la sociedad, luego a que donen para esta causa y finalmente poder contar con una sede en Chihuahua en la que la Unicef pueda colaborar con las autoridades o, en su defecto, presionarlas para erradicar la explotación infantil sexual y laboral.

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