No hay camas, no hay más tomas de oxígeno, es la respuesta que el personal de salud tiene que dar a los familiares de personas infectadas por el virus SARS CoV2. Personal del Hospital Central Universitario “Dr. Jesús Enrique Grajeda” pide a la ciudadanía no salir.
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La enfermera Esmeralda García señaló su frustración al ver cómo siguen contagiándose las personas, muchas de ellas llegan en situaciones críticas, con dos semanas de evolución, ya oxígeno-dependientes a quienes se les rechaza al no contar con espacios, ya que el nosocomio se encuentra al cien por ciento de su capacidad.
A través de redes sociales se ha dado a conocer la frustración, el cansancio y el desánimo de ver cómo la gente sigue en su actitud inconsciente.
A lo largo de la última semana el personal se ha dado a la tarea de difundir imágenes y videos de los centros hospitalarios saturados, los pasillos y zonas llenas de cadáveres amortajados y listos para entregarse. El panorama cada vez es más desolador.
A los nosocomios llegan las personas en situación crítica, debido a que con la saturación que presentan los envían a su casa, les recetan medicamentos y la indicación es estar checando la saturación, hay quienes incluso se ven en la necesidad de contratar el servicio de oxígeno.
Cuando la situación empeora, llegan al área de Urgencias Covid con una saturación de oxígeno al 60 por ciento, “Me llena de impotencia decir a sus familiares que no hay lugar, no hay cama disponible, no hay más tomas de oxígeno”, señaló Esmeralda.
En el mejor de los casos logran administrar oxígeno con puntas de alto flujo y se estabiliza su saturación, le urge llegar a un ventilador, pero no hay insumos.
Los hospitales están saturados. La preocupación es real y el problema creciente.
Hay quienes ni siquiera alcanzan a llegar al nosocomio, otros estando en el hospital no alcanzan a llegar a un ventilador, pues el personal de salud afirma que en cuanto una persona muere, ya hay varios en espera de ese ventilador, que pudiera salvarle la vida.
La cantidad de personas que mueren también se incrementa. A todo ello se le suma la imposibilidad que los enfermos y familiares puedan despedirse. Este virus arranca la vida a miles de familias.