Indígenas rarámuri representaron la lucha del bien contra el mal danzando este Sábado de Gloria en el asentamiento El Oasis, de la colonia Martín López, donde la ceremonia culminó con la tradicional quema de Judas, dando muerte al traidor que vendió a Jesús por unas cuantas monedas.
Decenas de hombres y mujeres, entre niños, adolescentes, jóvenes y adultos, se movieron al ritmo de los tambores alrededor del patio del asentamiento, mientras uno de ellos cargaba al “Judas”; mientras en la pequeña capilla bailaba otro par, que después salieron tras dos mujeres que cargaban una imagen de la Virgen de Guadalupe.
Los habitantes de este asentamiento buscan preservar estos rituales de Semana Santa entre las jóvenes generaciones, usando la vestimenta tradicional: los hombres el calzón de manta llamado tagora, las mujeres coloridas faldas con sus blusas a juego, más el cinturón, la koyera para mantener el cabello en su lugar y huaraches que usan ambos por igual.
Los rituales indígenas inician desde el Jueves Santo y aunque el año pasado por la pandemia se vio poca gente, la que participa lo hace con fe y apego a sus tradiciones, mientras desde afuera los observan algunos chabochis, tomando videos con sus teléfonos celulares.
