Más de 9 mil personas de escasos recursos, ya no tendrán acceso a alimentos, debido que dejaron sin presupuesto al programa de Comedores Comunitarios que operaban dentro de la Cruzada por el Hambre, en las periferias de Juárez y Chihuahua y en las zonas serranas de la entidad.
El año 2018 inició con 89 comedores en el estado de Chihuahua, en los cuales se atendían de 8 mil 950 a 9 mil 500 personas diariamente, según la migración de la gente en los comedores.
Ciudad Juárez reporta el mayor número con 49 comedores, son 4 más en Chihuahua capital y 36 comedores restantes en localidades de Guadalupe y Calvo, Batopilas, San Juanito, Casas Grandes, Valle de Juárez, Ascensión y Parral.
Para el presupuesto de egresos de la Federación 2019, el gobierno del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador no contempló recurso para los 5 mil comedores comunitarios puestos en operación en el país durante el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, mediante los cuales se ofrecía alimento a más de 500 mil personas de escasos recursos.
El mayor número de comedores comunitarios se concentra en el Estado de México, con 2 mil, seguido de Guerrero con mil 200; Michoacán suma 500, mientras que Chiapas y Veracruz registran 408 y 352, respectivamente.
Para 2014 los recursos asignados a los comedores ascendían a mil 555 millones de pesos, en el 2015 fueron 3 mil 55 millones de pesos, el siguiente año incrementó a 3 mil 150 mdp, en 2017 a 3 mil 059 mdp y el 2018 ascendió a 3 mil 205 mdp.
El programa, que inició operaciones en septiembre de 2013, constituía una solución al problema de hambre en zonas con población de bajos recursos, debido a que niños de cero a 11 años, estudiantes de 12 a 19 años, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, personas con discapacidad, mayores de 65 años y en situación de vulnerabilidad, tenían acceso a alimentación a cambio de una cuota de 10 pesos.
De acuerdo con información de la Secretaría de Bienestar, el Sistema Nacional de Comedores Comunitarios (SNCC) tenía el objetivo de beneficiar a personas que viven en Zonas de Atención Prioritaria, de áreas tanto urbanas como rurales. Los comedores buscan que las personas que más lo necesitan tengan una alimentación sana, variada y suficiente, y crear espacios de cohesión social que mejoren las condiciones de vida de sus usuarios y voluntariado.
Para la operación del comedor se involucra a la comunidad, las voluntarias de cocina preparan desayuno y comida diariamente para hasta 120 beneficiarios que proporcionan una cuota de recuperación por alimento recibido que va de 0 a 10 pesos, siendo 5 pesos el promedio nacional.
El SNCC tiene presencia en 21 estados y actualmente cuenta con 5 mil 158 comedores que benefician a 540 mil 900 beneficiarios.
El SNCC de la Sedesol, por medio de Diconsa, proporcionaba el equipamiento de cocina por única ocasión, instalación del comedor con un valor de hasta 120 mil pesos. Asimismo reequipa y sustituye el equipo de cocina que por su uso cumple su vida útil, por siniestros o sustracción; siempre que se cuente con la disponibilidad de recursos.
De la misma manera, el SNCC, por medio de Diconsa, distribuía casi 13 mil toneladas de alimento para abastecer a los más de 5 mil comedores de manera mensual con alimentos no perecederos, los cuales pueden ser complementados por los alimentos perecederos que las voluntarias de cocina deseen adquirir con la cuota de recuperación.
Fue el 19 de abril de 2013, cuando el entonces presidente de la Republica Enrique Peña Nieto y la titular de Sedesol, Rosario Robles, pusieron en marcha el programa de comedores comunitarios, incluido dentro de la estrategia de la Cruzada contra el Hambre.
Su desarrollo fue bueno, según lo refleja la Evaluación de Consistencia y Resultados 2017-2018 Comedores comunitarios, realizado por Sedesol, que detalló que 92.3% de los comensales consideraban que estos espacios “les permitían mejorar su alimentación, dado que comen más sano y nutritivo, con mayor variedad y en mayores cantidades”.
Asimismo, las cifras revelaron que alrededor del 90% de los usuarios de estos establecimientos calificaron el servicio como bueno o excelente y un 94% de los voluntarios consideraba seguir apoyando en los comedores.
Aunque 72% de los beneficiarios opinó que podría mejorar en algún aspecto; el 54% que requieren mejoras en las instalaciones y 20.2% pidió la inclusión de talleres o clases, entre otros.
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