--La mentira de las iguanas --“El Mijis” y el Tec de Monterrey --La Torre logra 2 a 1 sin la alianza

POLICÍA.- Después de las críticas a la Policía Federal por dedicar su esfuerzo, potencial fuerza y de armamento en perseguir a choferes de Uber, en lugar de combatir a los narcotraficantes que siguen haciendo de las suyas en el estado de Chihuahua, recurrieron –como siempre- a su estrategia de desviar la atención con sendos boletines dando a conocer sus “actividades”.

FEDERAL.- Ayer mismo enviaron boletines como volantes a todos los medios de comunicación que habían obtenido sentencia por transporte de metanfetamina y heroína, y aunque anuncian sentencia condenatoria, no dicen de quién se trata. Simplemente fue “alguien” a quien detuvieron, investigaron y lograron una sentencia condenatoria de 6 años 8 meses de cárcel.

FEDERAL I.- Y rematan en su boletín: “la Procuraduría General de la República refrenda su compromiso con la comunidad chihuahuense, para inhibir que el territorio de la entidad federativa sea utilizado por la delincuencia como refugio de actividades ilícitas”.

FEDERAL II.- Minutos antes también habían enviado otro boletín dando a conocer que la PGR obtiene sentencia de 7 años de prisión contra dos personas por delitos federales. Y con eso, pretenden desviar la atención de que se han dedicado sólo a perseguir choferes de Uber, a rodear un negocio donde encontraron software pirata con equipo artillado como si se tratara de una guerra contra un ejército.

IGUANAS.- Hace apenas unos días también generaron un boletín dando a conocer la supuesta confiscación de 50 iguanas en el aeropuerto de Chihuahua que no tenían la documentación correspondiente y que había quedado en resguardo de Profepa. Ninguno de esos datos fueron ciertos. Las iguanas sí tenían la documentación para ser trasportadas desde Guadalajara para su venta en tiendas de mascotas y en Profepa nunca retuvieron ningún animalito.

OPERADOR.- Justo cuando flotaba en el ambiente la duda sobre quién sería el operador postelectoral del gobernador Javier Corral, ese que pudiera intervenir en los conflictos, convencer a los derrotados de aceptar los resultados, surgió en Juárez Ricardo Gándara Hernández, el esposo de la secretaria de la Función Pública, Rocío Stefany Olmos, a la cabeza del conteo de votos de la elección que se disputan el independiente Armando Cabada y el de Morena, Javier González Mocken.

OPERADOR I.- En el PAN y el gabinete estatal dicen que, para variar, al Palacio de Gobierno le ha faltado esto último, gobierno, para intervenir en el marco de sus facultades en municipios y distritos que están extraordinariamente reñidos, en los que no caería nada mal la mediación de funcionarios con buena mano izquierda, para cerrar el episodio electoral con saldo blanco, en vez de dejar correr la bola de nieve para que crezca, como se ha hecho.

OPERADOR II.- Y en esas críticas estaban cuando apareció Gándara en la Asamblea Municipal del Instituto Estatal Electoral, pero lejos, lejos muy lejos de hacer trabajo político a favor del estado, sino a la cabeza del conteo de votos cuando, se supone, sólo es asesor de un consejero del IEE, lo que generó un ruido innecesario para la administración.

NECESIDAD.- Pero qué necesidad, critican, de poner en reflectores al hombre del escándalo que fue impulsado sin éxito para un cargo en el Instituto Chihuahuense para la Transparencia, mientras hay otros focos rojos en la entidad en los que se requiere la mano del Ejecutivo Estatal para apaciguar los ánimos poselectorales.

“MIJIS”.- El caso de Pedro Carrizales “el Mijis”, diputado electo de San Luis Potosí que compitió por Morena, le ha dado la vuelta al mundo por lo poco común que resulta: tatuado, con antecedentes de robo, pandillerismo y ataque armado, ha sido discriminado por muchos, pues cómo es posible, se escandalizan los que aún confían o son parte de la clase política tradicional, que sea representante popular con una trayectoria delictiva.

DISCRIMINACIÓN.- Pero la gente de Morena dice que su caso no es el único, que incluso en Chihuahua se podrán encontrar perfiles similares por no encajar en el estereotipo del político tradicional - rico, transa y cínico, pero “con clase”- y que son parte del staff con los que el partido de Andrés Manuel López Obrador ganó la batalla.

DISCRIMINACIÓN I.- Los de Morena advierten que ni el caso de “el Mijis” ni los que surjan serán dejados de lado, para defenderlos contra la discriminación, que proviene de esa clase política que perdió casi todo y que no se resigna a que gente sin los privilegios a los que ellos están acostumbrados gane espacios de decisión en la vida pública.

CORRUPCIÓN.- Además hay una reflexión que envían de lo más interesante: lo que haya robado en sus tiempos de pandillero “el Mijis”, que además ha avanzado en su rehabilitación y ayuda a jóvenes de pandillas a buscar otros caminos lejos de los vicios y la delincuencia, no se compara con el latrocinio de muchos políticos. Sin ir más lejos, dicen, no se compara con los miles de millones que se robaron César Duarte y su grupo de Chihuahua.

TATUAJES.- Hasta donde se sabe, critican, ni Duarte ni sus compinches, algunos de ellos presos en Aquiles Serdán, tenían tatuajes. Es más, tenían carreras profesionales y hasta posgrados en el Tecnológico de Monterrey algunos de ellos, y pues ya se vio que “el Mijis” es un bebé de pecho, si la edad se midiera en el alcance delictivo de unos y otros.

GANADOR.- Pasado el cómputo de casi la totalidad de los distritos electorales, entre los que más resaltan está el caso del 16, con cabecera en la capital, donde el panista Miguel La Torre se alzó con el triunfo con más de 30 mil votos, prácticamente dos a uno sobre la candidata de Morena, Miriam Tiscareño Salas, no se diga sobre el priista Ricardo Santana, que ni el polvo le vio al abanderado del albiazul.

GANADOR I.- El caso destaca por los márgenes de la victoria, el porcentaje alcanzado en amplias zonas que hasta el año 2016 eran de dominio priista, pero sobre todo porque fue el único distrito al que el PAN fue solo, sin alianza con Movimiento Ciudadano, y aún así pudo retener y ampliar la base de votantes, por la que ahora sufren incluso aspirantes que sí tuvieron el apoyo de otros partidos coaligados con Acción Nacional.

DISTRITO.- Este distrito no era panista antes de 2016, ni qué decir de colonias tricolores como la Lealtad 1 y 2, Dos de Octubre, Sector Tres, Mármol Vieja, Unidad Proletaria y Desarrollo Urbano, que se han pintado de azul y se mantuvieron así, pese al reto al que en el PAN, tal vez con algo de mala leche, mandaron a La Torre, negándole alianza y hasta poniéndole piedritas en el camino, reto que asumió el legislador local que ganó la reelección sin un solo regateo.

FUTURÓLOGOS.- Los futurólogos, que no faltan, dicen que no hay que perder de vista a La Torre, pues al interior de su equipo ya cantó que está listo para el año 2021, después de haber dado el primer paso y lograr sin despeinarse –es un decir, porque ni pelo tiene- una victoria holgada, cuando el PAN se disputa si logra o no la mayoría en el Congreso del Estado, entre elecciones cerradas y reñidas por toda la entidad.

PEOR.- Pasado el conteo de votos en la elección presidencial, quedó visto que el candidato del PAN Ricardo Anaya Cortés se ubicó en segundo lugar con apenas el 22% de los sufragios, aún aliado del Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, lo que convierte a ésta en la peor derrota azul de las últimas cuatro décadas.

PEOR I.- Vaya, ni Josefina Vázquez Mota, que compitió contra Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieta, con la carga del desgaste de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón -y para colmo con el abandono de éste último que colaboró en la alianza virtual PRIAN, según los términos del tabasqueño- salió tan raspada como Anaya, pues ella obtuvo el 25% de los sufragios del país.

DIVISIÓN.- El fenómeno López Obrador no explica todo, insisten en el PAN, pues la victoria era posible si las traiciones, divisiones y alianzas increíbles no se hubieran impuesto en la candidatura que logró Anaya Cortés. Por ello señalan que es materialmente posible que regrese a la dirigencia nacional, pero si lo hace sumirá al partido en una pugna atroz que lo llevará a convertirse en una oposición inservible, de papel nada más.

REDENTOR.- Tampoco, apuntan, se trata de que llegue un redentor, por si ya estaban listos Javier Corral, Ernesto Ruffo o cualquiera, sino de crear una estrategia conjunta entre los grupos de poder internos, con la premisa de sacar adelante al PAN y no perderse en los proyectos personales, porque ahí están los resultados.

DESPLOME.- La caída en votos de los candidatos del PRI y el PAN al Senado de la República debe tenerlos algo más que preocupados, pues es evidente cómo Morena los afectó, pasándoles por encima Cruz Pérez Cuéllar y Bertha Caraveo, por quienes nadie apostaba 5 centavos, a un exgobernador y a un exdirigente nacional, Reyes Baeza y Gustavo Madero, pero no todo es atribuible al fenómeno de Andrés Manuel López Obrador, también fue consecuencia de malas decisiones.

DESPLOME I.- En el año 2012 Javier Corral perdió la contienda por el Senado de la República con 340 mil votos; pero en 2016 ganó la gubernatura con 500 mil votos. Ahora, la fórmula de Madero y Rocío Reza fue derrotada al sumar apenas 311 mil sufragios, lo que da muestra de cómo bajaron las preferencias en cada proceso.

DESPLOME II.- En 2012, Patricio Martínez del PRI ganó la senaduría con 450 mil sufragios y en 2015 el priista Enrique Serrano fue derrotado por la gubernatura, al sumar 400 mil votos. Ahora la fórmula de Baeza Terrazas y Georgina Zapata levantó apenas 220 mil votos.

MERCADO.- Es claro, pues, que la fórmula de Morena, que en este proceso alcanzó 367 mil sufragios, suficientes para derrotar al PRI y al PAN en la pelea por las senadurías, le pegó sobre todo al mercado electoral del tricolor, pero también comenzó hacer su hueco en la votación azul.

REGRESO.- Por cierto, la victoria de Cruz Pérez Cuéllar es una de las sorpresas mayores de esta elección, pues su candidatura enfrentó intentos de bloqueo desde el nuevo amanecer hasta en los grupos de Morena, pero aun así sacó adelante su proyecto, con lo que resurge en la política local.

CAMINO.- Los que saben dicen que no la tuvo tan fácil, que debió enfrentar varios obstáculos incluso dentro del partido que lo postuló, por parte del ala radical. Pero aguantó, estoico y con piel de elefante, pues más de tres se hubieran ido al primer calificativo. En asambleas realizadas en Ciudad Juárez y otra en la capital, debatió con quienes deseaban verlo fuera del proyecto de Morena y se ganó a pulso el respeto de sus detractores.

CAMPAÑA.- Luego hizo una campaña intensa, enseñó el colmillo al ser una piedra en el zapato en las campañas tricolor y azul; cargó en los hombros la inexistencia de su compañera de fórmula, Bertha Caraveo, quien apenas hizo acto de presencia en campaña.

FUERTE.- Amén de que se considera enemigo de Palacio de Gobierno, con la derrota de quienes se decían punteros, José Reyes Baeza y Gustavo Madero, Pérez Cuéllar llegó a estas elecciones más fortalecido y como el candidato natural para el 2021, por lo que se espera un combate a muerte con el nuevo amanecer desde la comodidad de la Cámara de Senadores, pues si hay algo en que es especialista Pérez Cuéllar, es justo en la tribuna.

PEZ.- Se espera, pues, que el ahora senador de Morena se mueva como pez en el agua dada su experiencia en la vida pública: dos veces diputado federal, dirigente estatal y con el expertise que le da el haber sido ya dolor de cabeza de un gobernador, Patricio Martínez, ahora podrá serlo de Javier Corral, a quien seguramente le va a cobrar la derrota por la senaduría en las elecciones internas del PAN de 2012.

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