Una forma de prevenir el robo de identidad es revisar el buró de preferencia cada 6 meses para monitorear que no haya algún crédito no reconocido en el reporte especial de crédito, recomendó la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
La invitación que hace la dependencia es a nunca proporcionar la información de las cuentas bancarias por teléfono, mensaje de texto, correo electrónico o redes sociales; acercarse a su banco para solicitar los servicios de prevención y sistemas de alertas, lo que permitirá detectar de manera oportuna cargos o movimientos extraños en las cuentas.
Asimismo, cambiar las contraseñas con frecuencia; checar los estados de cuenta de manera regular; no dar clic en enlaces enviados por correo supuestamente de tu banco.
Aparte, no descargar aplicaciones si no se está seguro de que es el banco el que lo solicita; y consultar constantemente el Buró de Crédito.
Si robaron nuestros datos, lo que se debe hacer es lo siguiente: si robaron las tarjetas, avisar de inmediato al banco para que las cancele; si robaron las identificaciones, acudir al Ministerio Público e informar a las instituciones a las que pertenecen los documentos para que las cancelen y reexpidan una nueva, por ejemplo: INE, IMSS, ISSSTE, etcétera.
El aviso al Ministerio Público es importante para deslindarse de cualquier mal uso que haga el delincuente con las identificaciones.
La Condusef informó que el robo de identidad es un método de fraude en el cual una persona obtiene, transfiere, utiliza o se apropia de manera indebida de los datos personales de otra sin su autorización, usualmente para cometer un fraude o delito.
La identidad la constituyen los datos personales, tales como: nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y de seguridad social, incluyendo información financiera o médica, credenciales de identificación, así como cualquier otro dato que permita identificar a una persona. En muchos casos el ladrón de identidad utiliza la información ilegalmente adquirida para contratar productos y servicios financieros, para transferir recursos de las cuentas a nombre de la víctima a un tercero, o también para hacer compras.
Generalmente, los delincuentes se hacen pasar por el banco y solicitan datos por llamada telefónica, mensaje de texto, correo e incluso redes sociales, diciendo que te hiciste acreedor a un premio o beneficio, o bien que quieren validar una operación que supuestamente realizaste. Para ello, te pueden solicitar datos como: nombre, teléfono, domicilio, números de tarjetas de crédito y cuentas bancarias, tu nip, los números de seguridad de tus tarjetas, nombres de usuario y contraseñas de tu banca en línea, entre otros.