A casi tres meses del hallazgo de una narcofosa en el interior del domicilio de la calle 12 número 509, entre Angel Posada y Francisco Sarabia, nadie ha reclamado la propiedad de la casa, en tanto que el cordón rojo que prohibía el paso yace en el suelo.
Imágenes del interior dan cuenta que la casa ha permanecido abandonada desde hace unos 10 años, desde que falleció la propietaria Merry Corral, como era conocida.
Antes de morir, la propietaria comentó a sus vecinos que la vivienda la iba regalar a un sobrino, pero ninguno de los vecinos tuvo conocimiento de que fuera ocupada.
“Nunca nos dimos cuenta de que la ocuparan, para nosotros fue sorpresa que en enero localizaran un cuerpo, cuando nunca vimos movimiento desde que murió Merry”, aseguran vecinos.
Entrevistados por reporteros de este periódico, los vecinos nararron que la ubicación de los cuerpos fue una sorpresa debido a que no se explican cómo se localizaron cuerpos cuya muerte pudo ocurrir hace poco y que nunca se percataron de algún movimiento extraño.
En el interior se puede observar restos de productos comestibles, ropa, muebles viejos y destruidos, periódico y señales de nula actividad por lo menos de una década.
En el interior también se ven restos de lo que parece un pino de Navidad, cajas de zapatos y una televisión antigua.
En el patio de la casa se observa un tinaco color negro y botes de 20 litros, se aprecia que es de tierra y tiene un pasillo de servicio por el cual se entra desde una puerta contigua al acceso principal.
El misterio rodea a la vivienda que tiene una gran cadena con dos candados para evitar penetren al interior.
El piso de lo que parece la sala es de cerámica color guinda y al fondo se aprecia un cuarto de baño con azulejo color blanco.
Los estudios forenses en el domicilio en cuestión tuvieron lugar el 11 y 12 de enero del presente año, luego de que varias personas dedicadas al narcomenudeo destaparan la existencia de cuerpos enterrados, al parecer de bandas rivales.