En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora este día, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía dio a conocer que en el estado, 22 mil 730 menores de entre 5 y 17 años desempeñan algún tipo de trabajo, y de éstos, más del 35% no se encuentra estudiando, es decir, 14 mil 744.
Además, de los más de 22 mil menores que laboran en el estado, la mitad realiza labores peligrosas o insalubres, como las actividades agrícolas o a campo abierto, trabajos de construcción como la industria ladrillera, al interior de las minas, ambulantes, salvo autorización especial de la Inspección del Trabajo, así como en el almacenamiento o despacho de sustancias químicas peligrosas.
En todo México, son 2 millones 475 mil 989 de niños de las mismas edades quienes laboran, de acuerdo con el Inegi, y de dicha población, un millón 728 mil 951 son hombres y 747 mil 38 son mujeres; 915 mil 309 no asisten a la escuela por trabajo, lo cual representa un 36.9%; 2 millones 217 mil 648 laboran en ocupaciones no permitidas; 887 mil 41 no cumplen con la edad mínima permitida, y un millón 330 mil 607 realizan una actividad peligrosa.
En México, la ley castiga con uno a cuatro años de prisión y multas de cinco a 250 salarios mínimos a quien ocupa a menores de 15 años para desempeñarse en labores peligrosas o insalubres como las actividades agrícolas o en campo abierto, construcción, minería o trabajos ambulantes.
Según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Chihuahua, la ley contempla la autorización de trabajo para adolescentes de entre 15 y 17 años, y no en caso de menores a esta edad, pero sólo cuando éste no represente algún riesgo y no se violenten los derechos humanos y laborales del menor.
Además de lo anterior, existen ciertas restricciones como el horario, mismo que no debe exceder más de seis horas, con una hora de descanso; no trabajar domingos ni días festivos y que el centro laboral no sea en horario nocturno o donde se expendan bebidas embriagantes.
Pese a lo anterior, permanecer en casa en tiempos de Covid-19 no es una opción para todos, incluidos niños que diariamente salen a los cruceros de la ciudad a ganarse unos cuantos pesos.
Algunos venden chicles y chocolates, otros ejecutan malabares, limpian vidrios, o simplemente van de carro en carro pidiendo una moneda para comprar algo de comer.
Más allá del trabajo, salir a las calles representa un riesgo latente para los niños, pues se exponen entre los carros para alcanzar al mayor número de automovilistas sin la más mínima precaución y muchas veces ante los ojos de sus mismos padres, sobre todo de sus mamás, quienes se sientan en alguna de las esquinas en espera del dinero recabado.