“La Generación Z (aquellas personas nacidas entre 1995 y 2010) se está convirtiendo rápidamente en el foco para la toma de decisiones de todas la industrias, por esto se analiza tan fuerte en la actualidad”, señaló José Antonio Lozano Diez, rector de la Universidad Panamericana, al explicar que dicho segmento de la población, que viene luego de losmillenials, comprende en el país el 29% de la población, con 33 millones de mexicanos, cifra superior a la media mundial (27%).
Para inaugurar el segundo días de actividades de la convención general de la Asociación Nacional de Abogados de Empresas (Anade), Lozano Diez impartió la conferencia “La educación del futuro”, en la que hizo énfasis en las tres “megatendencias” educativas que están adoptando los principales centros educativos con miras a las próximas décadas: la necesidad cada vez más urgente de desarrollar investigación colaborativa e interdisciplinaria, los soft-skills, y las experiencias estudiantiles internacionales.
En el primer punto, el académico aseguró que “actualmente es tal la velocidad a la que ocurren las cosas, que una institución que no genere conocimiento no se puede llamar seriamente universidad, y un alumno joven que vaya a una institución que no investigue, está acudiendo a un lugar que en los próximo años no le va a proporcionar valores agregados importantes, porque sin generación de conocimiento es muy difícil poder tener buen nivel universitario”.
En segundo lugar, declaró que las soft-skills “comienzan a tener un peso más relevante que las hard-skills para los empleadores”, explicando que éstas últimas son los conocimientos propios y específicos de cada carrera, en tanto que las primeras son todas las habilidades comunes para la resolución de problemas en el día a día. En ese sentido, lamentó que “las universidades nos hemos quedado relegadas a enseñar sólo conocimientos científicos, matemáticos o jurídicos, pero no herramientas para la resolución de conflictos”.
Al hablar de las experiencias internacionales, por un lado destacó la importancia que comporta el generar programas de movilidad estudiantil que permitan enriquecer la experiencia educativa, así como generar entornos de aprendizaje acorde con los modelos más exitosos a nivel mundial.
Para ello hizo referencia a investigaciones llevadas a cabo por agencias dedicadas a la investigación docente en Estados Unidos y Europa, donde se compararon las aulas tradicionales frente a modelos más colaborativos, y se encontró que al modificar el entorno del aula para hacerla más colaborativa los estudiantes manifestaron niveles mucho mayores de creatividad, compromiso, motivación para asistir a clases y capacidad para lograr mejores calificaciones.
Por lo anterior, planteó que las preguntas a responder en un futuro cada vez más cercano son, si se va a desvincular el desarrollo y la distribución del contenido educativo, si el profesor recuperará o no la función de tutor, y ¿cómo se incorporará al aula dentro del proceso de aprendizaje?