/ jueves 13 de agosto de 2020

Viajan sin cubrebocas en el transporte público

Las personas indica que no tienen dinero para estar comprando, ya que no tienen trabajo

A pesar del acuerdo 102/2020 publicado en el Periódico Oficial del estado el pasado lunes, en el que se establece el uso obligatorio de cubrebocas en el transporte público para evitar contagios por Covid-19, los usuarios no acatan la medida, pues desde las filas para ascender, hasta el interior de los camiones, la mayor parte de las personas viaja sin protección.

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Durante un recorrido por la ciudad, se pudo constatar que los usuarios del transporte público no temen viajar sin cubrebocas; algunos señalaron que no cuentan con dinero para comprarlos, mientras que otros simplemente argumentaron que les resulta incómodo utilizarlo y que no creen que el virus sea tan contagioso.

Este es el caso de Malena Domínguez, quien ayer por la mañana esperaba la unidad Ruta I para trasladarse al negocio de jugos en el que trabaja, “en el trabajo sí tengo que usar el cubrebocas, pero no me gusta traerlo todo el día, me es muy incómodo y tampoco creo que me vaya a morir por no usarlo un rato”, señaló.

Aunque en algún momento todo el transporte urbano llega a saturarse, las rutas alimentadoras con mayor afluencia son: Ruta I, Mármol I y II, Nombre de Dios y Tec II, en los que de acuerdo a las personas que viajan en éstos, son los mismos choferes quienes incumplen la disposición de usar cubrebocas en todo momento, además de que señalan permiten el paso a quienes no lo usan; aunado a lo anterior, los camiones siguen saturados, situación que no sólo incumple con las reglas sanitarias, sino también contra la seguridad de los pasajeros, quienes muchas veces terminan cayéndose.

La odisea comienza antes de abordar un camión, pues las paradas son el primer punto en el que la gente se aglutina para no perder su viaje, pues son muchos los que esperan y a veces, cuando de plano no cabe ni un alfiler, no se les permite subir.

En la ciudad, las paradas de camión con mayor afluencia son las ubicadas en el primer cuadro de la ciudad, en la avenida Ocampo, Julián Carrillo, Morelos, en el túnel frente a la Catedral; en la zona norte, las que más afluencia tienen están en la colonia Villa y Revolución y en Chihuahua 2000; al sur, en el bulevar Fuentes Mares, en la avenida Independencia y en calles principales de la colonia Villa Juárez y Ávalos.

A muy temprana hora, los pasajeros de los camiones son de todas las edades, desde jóvenes que salen a trabajar, hasta mujeres que viajan para comprar mandado, o trabajadores principalmente de la construcción, cuyas labores no han cesado desde el inicio de la contingencia sanitaria.

En casi todos los casos las personas viajan con mochilas y bolsas, muchos no llevan cubrebocas y se sientan unos junto a otros porque no les queda más que viajar de esta manera, o llegar tarde a sus ocupaciones.

El gobierno del estado emitió el acuerdo en el que, entre otros aspectos, señala que las personas que viajen en transporte urbano deben hacerlo siempre con cubrebocas, al igual que los choferes, pues se ha dicho que los contagios descenderían exponencialmente si todas las personas usaran cubrebocas.

Aunque en días pasados la medida fue publicada en el POF, muchos usuarios de la ruta troncal o en las alimentadoras no acatan la medida. Algunos señalan que no están enterados de la disposición, y que el gobierno no puede obligarlos a usar un artículo que ellos mismo deben pagar, aun cuando no tienen trabajo, o su sueldo fue limitado a la mitad.

Otras personas indicaron que no cuentan con el dinero suficiente para estar adquiriendo artículos como los cubrebocas, y que si el gobierno es quien emite la orden, también debería proporcionarlos a los ciudadanos.

“Me parece injusto que se ponga una medida que implica un gasto, si el gobierno quiere que nos lo pongamos, pues que no regale una bolsa a cada familia, con eso le aseguro que todos andaríamos con cubrebocas”, dijo Teresa Ortiz.

Juan Carlos Ruiz, quien ayer esperaba el camión en la avenida Niños Héroes, dijo que él utiliza el cubrebocas estando en su trabajo, pero aceptó que no puede traerlo todo el día, pues incluso para caminar le resulta un estorbo, pues le quita visibilidad.

En general, la respuesta de las personas que ayer esperaban el camión sin cubrebocas, fue similar, y si bien hubo quien aseguró no tener recursos para adquirirlo, otros simplemente señalaron que no quieren usarlo porque les incomoda, y que no creen que el virus sea tan contagioso.

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Foto: Cortesía | Ricardo Ortega

A pesar del acuerdo 102/2020 publicado en el Periódico Oficial del estado el pasado lunes, en el que se establece el uso obligatorio de cubrebocas en el transporte público para evitar contagios por Covid-19, los usuarios no acatan la medida, pues desde las filas para ascender, hasta el interior de los camiones, la mayor parte de las personas viaja sin protección.

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Durante un recorrido por la ciudad, se pudo constatar que los usuarios del transporte público no temen viajar sin cubrebocas; algunos señalaron que no cuentan con dinero para comprarlos, mientras que otros simplemente argumentaron que les resulta incómodo utilizarlo y que no creen que el virus sea tan contagioso.

Este es el caso de Malena Domínguez, quien ayer por la mañana esperaba la unidad Ruta I para trasladarse al negocio de jugos en el que trabaja, “en el trabajo sí tengo que usar el cubrebocas, pero no me gusta traerlo todo el día, me es muy incómodo y tampoco creo que me vaya a morir por no usarlo un rato”, señaló.

Aunque en algún momento todo el transporte urbano llega a saturarse, las rutas alimentadoras con mayor afluencia son: Ruta I, Mármol I y II, Nombre de Dios y Tec II, en los que de acuerdo a las personas que viajan en éstos, son los mismos choferes quienes incumplen la disposición de usar cubrebocas en todo momento, además de que señalan permiten el paso a quienes no lo usan; aunado a lo anterior, los camiones siguen saturados, situación que no sólo incumple con las reglas sanitarias, sino también contra la seguridad de los pasajeros, quienes muchas veces terminan cayéndose.

La odisea comienza antes de abordar un camión, pues las paradas son el primer punto en el que la gente se aglutina para no perder su viaje, pues son muchos los que esperan y a veces, cuando de plano no cabe ni un alfiler, no se les permite subir.

En la ciudad, las paradas de camión con mayor afluencia son las ubicadas en el primer cuadro de la ciudad, en la avenida Ocampo, Julián Carrillo, Morelos, en el túnel frente a la Catedral; en la zona norte, las que más afluencia tienen están en la colonia Villa y Revolución y en Chihuahua 2000; al sur, en el bulevar Fuentes Mares, en la avenida Independencia y en calles principales de la colonia Villa Juárez y Ávalos.

A muy temprana hora, los pasajeros de los camiones son de todas las edades, desde jóvenes que salen a trabajar, hasta mujeres que viajan para comprar mandado, o trabajadores principalmente de la construcción, cuyas labores no han cesado desde el inicio de la contingencia sanitaria.

En casi todos los casos las personas viajan con mochilas y bolsas, muchos no llevan cubrebocas y se sientan unos junto a otros porque no les queda más que viajar de esta manera, o llegar tarde a sus ocupaciones.

El gobierno del estado emitió el acuerdo en el que, entre otros aspectos, señala que las personas que viajen en transporte urbano deben hacerlo siempre con cubrebocas, al igual que los choferes, pues se ha dicho que los contagios descenderían exponencialmente si todas las personas usaran cubrebocas.

Aunque en días pasados la medida fue publicada en el POF, muchos usuarios de la ruta troncal o en las alimentadoras no acatan la medida. Algunos señalan que no están enterados de la disposición, y que el gobierno no puede obligarlos a usar un artículo que ellos mismo deben pagar, aun cuando no tienen trabajo, o su sueldo fue limitado a la mitad.

Otras personas indicaron que no cuentan con el dinero suficiente para estar adquiriendo artículos como los cubrebocas, y que si el gobierno es quien emite la orden, también debería proporcionarlos a los ciudadanos.

“Me parece injusto que se ponga una medida que implica un gasto, si el gobierno quiere que nos lo pongamos, pues que no regale una bolsa a cada familia, con eso le aseguro que todos andaríamos con cubrebocas”, dijo Teresa Ortiz.

Juan Carlos Ruiz, quien ayer esperaba el camión en la avenida Niños Héroes, dijo que él utiliza el cubrebocas estando en su trabajo, pero aceptó que no puede traerlo todo el día, pues incluso para caminar le resulta un estorbo, pues le quita visibilidad.

En general, la respuesta de las personas que ayer esperaban el camión sin cubrebocas, fue similar, y si bien hubo quien aseguró no tener recursos para adquirirlo, otros simplemente señalaron que no quieren usarlo porque les incomoda, y que no creen que el virus sea tan contagioso.

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