La pobreza y la falta de apoyo familiar la llevó a vivir en la calle, luego a perder a sus dos hijas mayores.
Un sillón viejo y desvencijado es una de las paredes del hogar improvisado que tienen Ramón y Martha Angélica, una pareja que ha sido desplazada por la violencia de la zona noroeste. El matrimonio recibió la ayuda de los vecinos de la colonia Ladrilleros Norte, pero ahora les quitaron a sus hijas y no se las entregarán hasta que tengan una casa estable.
Uno de los vecinos de buen corazón, les prestó el terreno para que pudieran establecerse hace unos días que llegaron procedentes de Satevó, ya que su familia no pudo darles cobijo. “Me vine con todo y niñas para la calle”, relató la joven mujer, quien cursa el cuarto mes de un embarazo gemelar.
Martha Angélica relató que su esposo tuvo un altercado y tuvieron que salir huyendo, pero su suegra los corrió y su mamá también. En la colonia Ladrilleros encontraron un refugio. La gente les ayudó para que al menos contaran con un espacio.
Ramón Chacón Chavira y Martha Angélica Batres Morales, de 27 años de edad, construyeron un refugio con un colchón viejo, ropa y un sillón, ahí pernoctaron durante varios días, pero la lluvia y granizo registrados en días pasados les echó a perder la ropa.
“Estamos en una situación fea, no tenemos dónde quedarnos”, comentó Martha Angélica, mientras apuntaba hacia el refugio, que se ubica hasta el fondo de la primera calle de la colonia Ladrilleras Norte, ingresando por la avenida Industrias, en la calle Ladrillo.
Las niñas le fueron arrebatadas a la mujer, relató que llegó su padrastro y se llevó a la niña de 6 años, asimismo, el padre de la pequeña de 3 años, quienes dormían en el piso sobre algunas cobijas y bajo un techo improvisado construido con un viejo colchón.
“Agredieron a mi esposo para quitarme a las niñas, le dieron dos pedradas en el cuello y una en la espalda”, comentó la mujer, quien pensaba intervenir, pero no la dejaron para no exponerla por su embarazo. Ayer por la mañana presentaba amenaza de aborto, incluso presentaba un poco de sangrado.
“Quiero recuperar a mis niñas, ellas no pueden estar más a gusto que con su madre”, dijo la joven, quien incluso recibió la visita de personal de Gobierno del Estado a quien les relató que le quitaron a las niñas, pero también le dijeron que hasta que no tenga un hogar estable podrán regresar con ella, ya que dormir a la intemperie vulnera los derechos de las niñas.
Hasta la zona la gente ha mostrado su solidaridad, le llevaron huevo y atún, así como frutas y agua, además de unas pastillas de ácido fólico.
A esta familia le hace falta apoyo.
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