CD. JUÁREZ, Chih.- En hechos distintos, elementos de la Fiscalía General del Estado lograron la captura de un maestro universitario que fue denunciado por el delito de extorsión y de un sujeto acusado por el delito de violación en contra de menores de edad.
En rueda de prensa, el fiscal de Distrito Jorge Nava López informó que el primero de los casos se trata del maestro José Luis P. O., de 37 años, quien fue detenido el pasado 11 de junio y fue puesto tras las rejas.
El docente universitario del Tec Milenio es señalado de haber extorsionado por lo menos 9 personas, entre alumnos, padres de familia y personas cercanas a su entorno social.
Nava indicó que el hoy detenido operaba a través de redes sociales para intimidar a sus víctimas y con llamadas telefónicas fingía voces de mujeres o adultos mayores para realizar las amenazas y exigirles dinero.
Por el momento, se le ha relacionado con 6 casos denunciados ante la agencia investigadora, siendo capturado el pasado martes, pero se pide ayuda a la ciudadanía para que en caso de que haya más afectados, acudan ante esta instancia para formular sus cargos.
"Daba clases en una escuela privada y también daba clases de música, seleccionaba a sus víctimas por medio de personas cercanas e inclusive a sus propios familiares y los montos variaban desde los 30 hasta los 50 mil pesos", indicó Nava López.
En el segundo caso, se trata de Horacio R. Ch., o José Luis R. Ch., de 35 años, quien engañaba a los jovencitos haciéndoles creer que era entrenador de futbol para ganarse su confianza y violentarlos sexualmente.
Según el fiscal, esta persona operaba en colonias como Parajes de San José, Parajes del Sur, Riberas del Bravo y División del norte, lugares en los que invadía casas deshabitadas para comenzar a relacionarse con los menores de edad, además de que se tiene conocimiento que también vivió un tiempo en Durango.
Hasta el momento se cuentan con 12 carpetas de investigación en su contra, donde las víctimas son menores entre los 13 y 16 años de edad, ejecutándose ya 4 órdenes de aprehensión, habiendo cometido sus fechorías en tapias o casa abandonadas.
Al parecer, al terminar los "entrenamientos", invitaba a los jovencitos a lugares apartados donde los amenazaba o los embriagaba, para después violarlos, amenazándolos de muerte.
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