Cada vez existen más empresarias en Chihuahua que, además de ser jefas de empresas y de familia, encabezan importantes proyectos altruistas. Destacamos el perfil múltiple de esta nueva generación. Previamente, hemos hablado de la Granja Hogar, de las obras Vicentinas y de la Escuela de Enfermeras. No son los únicos ejemplos, por fortuna. En esta ocasión, abordaremos el caso, relativamente reciente, de Promesa Educativa, un proyecto que está llamado a innovar en el ámbito educativo y social de nuestra ciudad.
Platicamos con tres empresarias consejeras de Promesa Educativa: Patricia Alcocer Castellanos, Rosa Elena Corral Lozano e Imelda Kalisch Seyffert. También conforman el consejo: María del Pilar Amieva, Denisse Creel Hernández, Alejandra González Beckmann, Lupitina Jiménez Salinas, Norma Angélica Lara Elías, Thelma Rivero Espinoza, Cristina Rodríguez Durán, Liliana Terrazas Seyffert, Imelda Vallina Maldonado y María Elena Velasco Aguirre.
Tradiciones familiares de altruismo
Enseguida, anotamos algunas herencias del altruismo de las consejeras. A mediados de los años 50, El Heraldo de Chihuahua da cuenta de las actividades sociales de las empresas silvícolas, como la Nacional Maderera y Alcocer y Socios, cuyo altruismo se enfocaba a la educación en general, mediante la dotación de becas para estudiantes necesitados de aquella región, y también a través del suministro de cuadernos, lápices, pizarrones y uniformes escolares.
Fernando Alcocer Patiño, presidente de la Unión de Madereros de Chihuahua, se encargaba del salario al maestro comisionado para la escuela ubicada en el aserradero Los Cantiles, en el municipio de Batopilas, según explica El Heraldo. Patricia Alcocer Castellanos recuerda que, en los días posteriores a su muerte, se acercó una persona para regalarle un grabado con figuras de elefantes. Se trataba de uno de tantos becarios de su padre, quien tenía un aprecio especial por aquel animal.
Rosa Elena Corral Lozano, por su parte, hace referencia a su hermana Ana Alicia, promotora de una escuela de vanguardia en Ciudad Cuauhtémoc, el ENLAC (Instituto de Entrenamiento para Niños con Lesión Cerebral y Trastornos del Aprendizaje), una de las pocas instituciones en su tipo, fundada en 2003 y apoyada oportuna y exitosamente por la Fechac.
Por otro lado, su prima Fabiola Corral Pérez fue el motor del organismo Casas de Cuidado Diario (del que hablaremos en una colaboración próxima), conocido por sus servicios para la niñez y la mujer trabajadora; instrumento inteligente y sensible que se constituye en alternativa a los sistemas estatales de guarderías y de planteles preescolares.
La herencia de Imelda Kalisch Seyffert aparece con sólo mencionar la trayectoria de Samuel, su padre, en la conformación del máximo organismo de promoción social y del desarrollo de Chihuahua, la Fechac. Aunque también, habría que recordar la labor que desplegó el Dr. Alejandro Seyffert Romero, ejemplo de entrega a los niños durante muchos años en el Hospital Infantil de la ciudad.
Promesa Educativa
El proyecto de Promesa Educativa nace en el entorno de mayor violencia que registró la capital, cuyos amargos frutos, sin embargo, prohijaron la solidaridad de mujeres empresarias jóvenes que se negaron a recluirse detrás de los muros de sus casas. Sabedoras, por estudios de Míriam Liceaga, que la zona norte de Chihuahua resentía índices mayores de violencia, la eligieron para crear una alternativa junto con sus habitantes.
Después de varias consultas, encontraron un modelo educativo en San Antonio, Texas, aplicado en ambientes deprimidos socialmente, pertenecientes a barrios y entornos hispanos mayoritariamente. También comprobaron que en La Laguna ya existía un proyecto bajo tales influjos, de modo que se enfilaron a concretarlo en el polígono de Riberas del Sacramento, Chihuahua.
Previamente, en 2011, iniciaron con el Sistema Se’Wá, que se define como: “Una obra social consagrada al rescate pedagógico, ocupacional y ético de la infancia y la juventud más vulnerables, mediante la instrucción y la práctica colectiva de la música. Su objetivo consiste en utilizar la música como herramienta didáctica para contribuir al desarrollo educativo de niños y jóvenes de entre 5 y 15 años de edad en situación de vulnerabilidad”. (Ver la página México es cultura).
Impacto personal, familiar y social
El programa está centrado en la niñez y se basa en la formación del carácter y en la educación de calidad. Lo primero que busca es que los niños descubran su propia dignidad y se forjen una imagen promisoria del futuro. Lo que sigue es comprometerlos e involucrar a sus padres en la consecución de buenas notas y un buen comportamiento, fundado en el respeto y el esfuerzo.
De este modo, los papás cambian la prioridad de sus actividades, así como de sus presupuestos, impulsados por la fuerza de sus hijos. Después de la familia viene la comunidad, ya que la edificación de una escuela digna, es decir, limpia, ordenada, sin grafiti, con espacios para jugar, leer y ejercitarse, genera un proceso de círculos concéntricos hacia afuera. La paz de la escuela contagia el ambiente y lo transforma positivamente y es apreciable en comparación con otros complejos escolares.
¿Cómo se financia el programa?
El inicio, en 2013, no fue fácil, comenzaron en una bodega poco apropiada y alejada de Riberas, por lo que los primeros 60 papás manejaron y financiaron un improvisado autobús escolar. El terreno fue donado por el Ayuntamiento y el edificio lo pagó la Fechac. Una mezcla virtuosa de donadores hace posible el proyecto: empresarios, Fechac y Municipio. El gobierno estatal comenzó este año a participar. Luego, los padres de familia pagan 340 pesos mensuales, más 80 de la orquesta.
Los primeros alumnos de primaria ya están por pasar a la preparatoria. Entre tanto, la familia Mares ha dispuesto su plantel Alsuperarte en Vistas del Real, ampliando el modelo a esa otra zona difícil de la ciudad y se tiene planeado edificar un tercer complejo en el espacio más retador del sur de la ciudad: Punta Oriente. A diez años, está por iniciarse la preparatoria en un edificio construido con apoyo de Luis Enrique Terrazas, Julio Picard e Ismael Rodríguez. La Promesa está cumplida y, a la vez, sigue siendo un futuro inspirador.
