La verdadera resurrección que no consiste en la prolongación de la vida, sino en la transformación de la persona, por lo que este domingo el jerarca de la Iglesia Católica invitó a la feligresía a prepararse para morir en el pecado y nacer a una vida nueva durante esta Semana Santa.
En este V Domingo y último de Cuaresma, el evangelio reflexionó sobre uno de los milagros más relevantes de Jesús: la resurrección de Lázaro, donde el poder del Señor esta sobre la muerte y el destino del hombre en la eternidad.
Monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua al presidir la Santa Misa en la Catedral Metropolitana de Chihuahua enfatizó que Lázaro personifica al hombre herido por el pecado que camina a la muerte a no ser que Cristo lo llame a la vida.
Ante ello, invitó a los fieles a no quedarse maravillados porque Lázaro tuvo la buena suerte de vivir unos años más, sino que este milagro es el anuncio de la resurrección.
Monseñor Constancio mencionó que la resurrección es espiritual, empieza desde el primer momento en que la fe hace salir de la mezquina manera de vivir, en ese momento se abre a la vida. La resurrección de los muertos procede del hijos de Dios, quien es el que tiene todas las gracias y energía para resucitar a las personas para transfigurar a la creación.
“El que se ha entregado a Cristo ha pasado de la muerte a la vida y por eso nunca morirá”, dijo con esperanza ante la feligresía, misma que se prepara para vivir intensamente la Semana Santa.
La vuelta de Lázaro a la vida viene a ser un signo de la resurrección futura de lo que pasará con todos, por ende, el arzobispo de Chihuahua reiteró la invitación a ver en Cristo la causa y el modelo para la resurrección.
Dijo que en este tiempo de Cuaresma, a pocos días del comienzo a la Semana Santa, se necesita morir al pecado y resucitar a la vida de la gracia.
“Nosotros nacidos por Jesús a la vida en el bautismo, nos llama a amar y promover la vida en todas sus facetas, él quiere despertar en nosotros todo lo que está muerto y convertirlo en esperanza, renovación y vida”.
La comunidad se unió en oración para pedir a la Virgen María que les ayude a reconocer el pecado y levantarse en la gracia de Dios.