Max y Fausto son dos elementos caninos de la agrupación K-9 de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) en Chihuahua que en conjunto con sus compañeros Carlos Giner y Yamir Zapata han realizado importantes intervenciones, frustrando incluso suicidios.
Carlos Giner Enríquez, quien lleva dos años trabajando con Max, manifestó que los martes, miércoles y jueves se realizan entrenamientos con los animales, empezando con obediencia básica, motivaciones para el perro, sus premios, pero también haciendo las debidas llamadas de atención.
A la fecha Max, de tres años de edad, es capaz de detectar drogas, armas y tiene la guardia y protección, es decir, puede “atacar” en caso de ser necesario para salvar una vida y desarmar a una persona. La última actuación de este can ocurrió en la calle 72 y media y Nueva España, donde un individuo amenazaba con suicidarse con un arma blanca, por lo que se solicitó el apoyo del ejemplar.
“Llegando el grupo al lugar de los hechos, en primer lugar se trató de desarmar a la persona a través del diálogo, y al resistirse se empleó la fuerza del elemento canino para lograr el objetivo”, recordó Giner.
Este último, quien tiene 11 años en la DSPM, relata que desde que Max llegó a K-9 hubo una conexión con él y le dieron la oportunidad de acogerlo. “Son muchas las ventajas de tener un compañero como él, por ejemplo, el perro siempre dará la vida por ti. Es compañero y amigo”, manifestó.
Cabe destacar que desde que el elemento canino es asignado a un policía éste debe cuidarlo en todo momento, al grado de llevarlo también a su domicilio particular; además de responsabilizarse de todos los cuidados que necesita, esto con apoyo de la corporación.
Por su parte, Yamir Zapata tiene siete años en la corporación, de los cuales casi cinco son en K-9, hace equipo con Fausto, otro can pastor belga mallinois de tres años, con el que trabaja desde hace alrededor de siete meses.
Hasta el momento Fausto ha incidido principalmente en conatos de riñas, donde los compañeros de turno ordinario no pueden controlar la situación y es preferible que no se arriesguen y solicitan el refuerzo de los ejemplares, agotando las herramientas necesarias para que el animal intervenga.
“No es llegar y echar al perro, sino que se hace la mediación. Hay modelos del uso de la fuerza, vamos agotando herramientas, y hay casos donde el ejemplar tiene que morder o con su bozal de impacto repele una agresión, dependiendo si la persona está agresiva o cuestiones de esas”, explicó.
Al igual que los demás compañeros caninos, tiene los cuidados pertinentes, que van desde visitas periódicas al veterinario, alimentos de calidad, y sobre todo mucho cariño. De igual manera, entrena tres veces por semana.
Fausto también es un can de doble propósito, es decir, de guardia y protección y aparte se dedica a la búsqueda de narcóticos: es capaz de detectar cocaína, marihuana, cristal y pólvora, gracias a sus destrezas y habilidades propias de la raza.
“Tener a Fausto me da confianza al millón, no al cien por ciento. Sin discriminar a los policías, pero mil veces prefiero a un ejemplar canino, porque él lo da todo por mí, y está completamente comprobado”, añadió.