El Anuario de Migración y Remesas señala que de cada diez personas que cruzaron de Chihuahua a Estados Unidos, en los últimos tres años al menos 4 se enfrentan a la falta de acceso a salud pública y privada, esta última, por el alto costo que tiene la atención médica en el país vecino.
A consecuencia de lo anterior, cerca de 50 por ciento de esta población, ha desarrollado enfermedades o alguna condición de salud vulnerable, como obesidad, hipertensión y diabetes mellitus.
Se muestra que a la alimentación con productos ultraprocesados, se suma la falta de acceso a servicios de salud pública, incluso al contar con permiso laboral, pues no se les brinda la prestación.
Sin embargo, tampoco existe un acceso real al servicio privado, toda vez que los costos son demasiado altos en EUA en cuanto a salud se refiere.
Esto abarca desde consultas con médicos generales, especialistas, medicamento, sobre todo cuando se requieren estudios.
La estimación en cuanto a problemas relacionados con la inadecuada alimentación en la estancia en Estados Unidos de Norteamérica, es de la menos 16 por ciento de la población de 18 años y hasta los 46, que ha desarrollado diabetes mellitus.
En el caso de personas de 47 a 64 años, hasta un 27.8 por ciento ha presentado la enfermedad, con una prevalencia mayor en hombres que en mujeres.
En el mismo plano nacional, además, de cada diez migrantes mexicanos en Estados Unidos, seis no contaba con cobertura médica por no tener un trabajo formal, pese a tener permiso laboral y de éstos casi el 40 por ciento son jóvenes de 18 a 34 años.
Al factor alimentario, se han sumado trastornos como ansiedad generalizada, depresión, insomnio y otros derivados de la carga de estrés, y aunque esto no es prioritario del país vecino del norte, la falta de acceso a la salud, afecta de manera considerable.