"Los sistemas apuestan al olvido; los jesuitas, a la memoria": sacerdote Pato Ávila

El sacerdote jesuita Javier Ávila narró en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara las agresiones que sufre la ciudadanía por parte del crimen organizado en Creel

Redacción | El Heraldo de Chihuahua

  · viernes 2 de diciembre de 2022

Foto: Cortesía FIL

El sacerdote jesuita Javier Ávila, miembro fundador y presidente de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, A.C. narró su experiencia sobre las agresiones constantes contra la ciudadanía por parte del crimen organizado, en la localidad de Creel, Chihuahua.

Esto fue durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), representantes de diferentes causas narraron los horrores de los que han sido víctimas, pero, sobre todo, cómo han buscado dignificar su situación y combatir la indiferencia de los gobiernos.

“Cuando llegué a la Sierra Tarahumara, en 1975, ya existía la violencia; la violencia generalizada y la institucionalización de las fuerzas armadas ponen en especial peligro a los grupos históricamente vulnerados. La sierra Tarahumara da testimonio de ello”, recordó Javier Ávila.

Julián LeBarón / Foto: Gerardo Aguirre | El Heraldo de Chihuahua

La zona se encuentra en medio del área conocida como Triángulo Dorado, cuyo producto estrella era, como mencionaba Javier, “la mejor marihuana del país”, misma que era comercializada especialmente en el golfo Pérsico.

Recuerda que uno de los momentos más duros de alzar la voz fue cuando debió atender la masacre de la que fue testigo en 2008 en Creel, el día en que sujetos armados en pleno pueblo dispararon contra un grupo de personas, donde fallecieron 13, entre ellas un bebé recién nacido.

“Fue muy duro, me rompí frente a toda la gente, me tranquilicé y volví con las familias. Recuerdo a un maestro con su bebé en los brazos; parece que cuando llegan a masacrarlos él dio la espalda para protegerlo; el maestro cayó de boca y me encuentro al bebé con dos lágrimas, los ojos abiertos y un balazo en el centro de la frente. Atendí cuerpo por cuerpo”, narró.

Desde entonces, ha refrendado la importancia de llevar la lucha por la justicia hasta las últimas consecuencias, sin saber que eventualmente pasaría de una actitud solidaria a la lucha por la muerte de sus propios compañeros.

Javier Ávila es un líder moral que ha señalado toda la violencia y confrontado a las autoridades del país. Algo que dijo es que si en algún momento llegará a callarse, sería cuando esté muerto, y que aun así, las piedras gritarían.

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Los sistemas apuestan al olvido; los jesuitas, a la memoria. México es el infierno para miles de personas que resisten injusticias infames de grupos criminales y que cuentan con el respaldo de las diferentes administraciones de los tres órdenes de gobierno.

“El olvido está lleno de memoria, no podemos apostarle al olvido” citó Javier Ávila a Mario Benedetti para finalizar.