La tristeza y la impotencia se apoderaron de Jhon Fernando Ochoa, por más de 20 años prestó servicio en el gobierno en su país, la FARC llegó a su casa y le dio horas para salir del país o morir. Él es uno de los migrantes que llegó a la capital en un nuevo grupo de alrededor de 100 personas. A esos migrantes, la familia Carrillo Estrada les regaló burritos durante este domingo.
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Atrás dejó a su esposa y a sus hijos, así como todo el patrimonio que durante su vida laboral, pudo concretar, ahora viene en busca de una oportunidad de vida, donde pueda contar con seguridad, empleo y sustento diario, para luego volver a reunirse con sus seres amados.
Jhon es originario de Colombia, hace poco más de 30 días que salió de su tierra natal. Llegó solo, pues está consciente que el peligro es constante a la hora de viajar de trampa o escondiéndose los enfrenta a situaciones muy precarias. Hambre y frío, así como dolor y muerte, son cuestiones que sufren en el trayecto.
Reconoce que de Panamá a México el tratado es muy bueno, la gente les colabora. Llegar a México significa que los peligros se incrementan: “la situación cambia totalmente, la inmigración no nos deja avanzar”.
Jhon dice que van avanzando, pero si la migración los coge en un bus, los bajan y los devuelven hasta 25 horas de camino. “No es justo que nos devuelvan, no sé porqué el gobierno tiene ese sistema de devolver a la gente tanto tiempo, en lugar de dejarnos avanzar”.
La ciudadanía es quien les colabora más, aunque también depende de la ciudad, porque relata que en algunas zonas son quienes se quejan porque andan alrededor de sus viviendas.
“En este país no hay ningún tipo de acompañamiento internacional que nos apoye, para nosotros los migrantes”, comentó Jhon, un soldado profesional retirado.
Actualmente en Colombia, esos soldados, como Jhon, son perseguidos por la disidencia de las FARC: “nos están eliminando, tienen plan pistola para nosotros y el gobierno no nos brinda garantías, después de brindarles 20 años de servicio”.
Su expulsión la definieron las condiciones de violencia, a él y a su familia le dieron un lapso de 24 horas para salvar su vida. Ahora busca llegar al estado de Texas, otro soldado que logró conseguir empleo.
En la zona del campamento, la empresa Techemet que se encuentra contigua al campamento de migrantes, también instaló luz, a fin de apoyar a las personas y evitar actos de robo, dado que una de las quejas recurrentes de los migrantes es que deben de cuidarse de no ser víctimas de robo.
En una de las carpas que fueron colocadas por empresarios de Catalina Construye se les instaló una cocina a fin de que puedan preparar sus alimentos de una manera más segura.
Cabe señalar que desde el pasado martes inició la colocación de dichas carpas y los benefactores se comprometieron a instalar baños portátiles y hasta una regadera improvisada.
A unos metros del campamento, una empresa les permite bañarse, para ello les entregan un número a fin de tener más control.