Es alarmante la cantidad de llamadas en falso que se realizan al sistema 911, tan sólo en noviembre se realizaron 8,131 llamadas procedentes (reales) a 12,619 improcedentes (falsas), casi el doble de llamadas, haciendo perder minutos en una verdadera emergencia.
Es diaria la reincidencia que en el Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo (C-4) se reciban llamadas de broma, insultantes, obscenas o sólo sin contestar, todas las cuales quedan grabadas en el sistema con el que cuentan las radio operadoras.
Yadira Nava, coordinadora del C-4, exhorta a la población en general a tomar conciencia, “fomentar una cultura en nuestras familias y más en nuestros hijos, quienes son los que más llamadas en falso realizan, por no tener nada que hacer, por quedar bien con los amigos o simplemente por escuchar y ver las unidades de emergencia. Hay que aprender a distinguir una verdadera emergencia, por eso hay que fomentar la cultura, tomando conciencia de lo que es la línea de emergencias 911”.
La legislación de una ley para sancionar los propietarios de los números que realizan este tipo de llamadas, el Centro Nacional de Información, está en ese proceso el cual se aplicará a nivel nacional.
En este momento se cuenta con una herramienta en el programa CAT para bloquear los números a la tercera o cuarta llamada del mismo número, por minutos o por 24 horas, a criterio de la operadora.
Lamentablemente las llamadas de broma gastan tiempo, recursos (gasolina) y en lo que no piensa la gente que hace estas llamadas, es que sobre todo se pierde tiempo valioso de la línea y las unidades, de las incluso depende una vida humana.
Al no recibir un servicio al momento de una emergencia nos quejamos de que el sistema 911 no sirve, pero no es así, más de 12 mil llamadas falsas se realizan cada mes, un 70% se le atribuye a ese problema, provocando el retraso de las unidades; es por eso que como padres debemos enseñar a los hijos a no hacer uso indebido de los números de emergencia de las diferentes corporaciones.
La evidencia está ahí en los programas con los que cuentan las operadoras, de los insultos, obscenidades, llamadas falsas, entre muchas cosas más que escuchan las mujeres detrás de la línea telefónica.
