Con el suero puesto en su brazo salió la señora Ernestina Escobar de la clínica 11 del Instituto Mexicano del Seguro Social, pues tras sufrir un accidente en su trabajo y luego de una espera de cinco horas, decidió salir por su propio pie al ver que no sería atendida por el traumatólogo.
"Así como usted me ve, mire, traigo el suero… el traumatólogo no me quiso atender y me contestó, le dije que a qué horas me iba atender, y me contestó: déjala que se vaya", refirió molesta la mujer.
La quejosa consideró que el especialista se negó a brindarle atención porque posiblemente ya estaba fastidiado o porque le falta vocación para curar a los enfermos y lesionados.
Narró la señora Escobar que al mediodía del miércoles se cayó por las escaleras de la empresa donde labora, por lo que fue necesario llamar a una ambulancia de Cruz Roja para que le prestara los primeros auxilios.
Al ser trasladada hasta el hospital dijo sentir dolor fuerte en la espalda, cabeza, un brazo y parte de la cadera. Reconoció que en el área de Urgencias de la clínica 11 la atención fue oportuna por parte de un médico de apellido Briseño, pero al pasar al área de Traumatología comenzó su calvario, pues allí estuvo hora tras hora sin que el especialista encargado la tratara.
Refirió que transcurrieron cinco horas durante las cuales sólo vio pasar a la gente mientras ella permanecía en una camilla. Desesperada, la derechohabiente se levantó para preguntar a un enfermero si la atenderían, ya que ella es diabética y no podía pasar tanto tiempo sin comer.
No obstante, el galeno respondió en tono grosero al enfermero que si la mujer se quería ir que lo hiciera, por lo que la paciente optó por salir del hospital pese a tener puesto el suero, mencionando que el guardia de la puerta no intentó detenerla.
"Yo como derechohabiente tenía derecho de estarle preguntando si me iba a atender, porque yo no podía estar tampoco sin tomarme mi medicamente que ya me tocaba", señaló.