Desinterés del sector salud por casos de niñas enfermas

El número de niñas afectadas por los efectos adversos en la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) en México no tiene una cifra exacta debido a la falta de interés del sector salud

Adriana Saucedo

  · miércoles 12 de septiembre de 2018

El Heraldo de Chihuahua

El número de niñas afectadas por los efectos adversos en la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) en México no tiene una cifra exacta debido a la falta de interés del sector salud por los casos que se han presentado directamente en las instituciones clínicas después de haber recibido la vacuna y a pesar de que investigadores independientes han comprobado y constatado la relación de las afectaciones con la inmunización. Tampoco se ha escuchado la petición de las madres de las afectadas respecto al deber de comunicar la correcta información sobre los posibles riesgos.


Tania Guadalupe recibió la segunda dosis de la vacuna para la inmunización del virus del papiloma humano a los nueve años de edad en la Clínica No. 9 del Instituto Mexicano de Seguro Social hace seis años.


María, madre de Tania, explicó que en el Seguro Social le informaron de la vacuna, por lo que decidió aplicársela y meses después de la segunda dosis comenzaron las complicaciones de salud. “Tuvo reacción a la segunda dosis en enero y en noviembre comenzaron los dolores musculares, de rodillas y de huesos hasta que le diagnosticaron cáncer de huesos y le extirparon un tumor en la rodilla”, explicó María de Jesús, madre de Tania.

Residentes de Acapulco, María llevó a su hija a la Ciudad de México al menos una vez al mes, donde fue diagnosticada con osteosarcoma después de realizarse numerosos estudios. Después de la extirpación del tumor, Tania permaneció seis meses en silla de ruedas debido a que el persistente dolor le hacía perder la fuerza en sus piernas aunque acudía a rehabilitación.

A pesar de que el tumor había sido retirado, los dolores persistieron, pero en el Seguro Social le dijeron que era normal, “nos dieron carpetazo y no me mandaban con el traumatólogo porque eran cuentos inventados por ella, que se los causa sicológicamente”, aseguró María.

“No tiene fuerza en los brazos, le salen úlceras en sus encías, periodos menstruales irregulares, ovario poliquístico; el dolor de hueso continúa al igual que el de cabeza y la pérdida de visión avanza”, declaró. Con el paso de los años, Tania logró recuperarse poco a poco aunque el dolor y la debilidad persisten, después de haber perdido las clases del sexto grado de primaria, sacar a duras penas la secundaria gracias al apoyo de su madre, quien entregaba trabajos y buscaba la justificación de los maestros. Actualmente estudia el segundo año de preparatoria con la esperanza de que su salud no vuelva a decaer.


María aseguró que el Seguro Social se negó a reconocer la responsabilidad de la vacuna en los dolores de Tania, y a pesar de todo, las enfermas insistían en seguir con el cumplimiento de vacunación, acto al que María se negó. Ahora piden que la atención médica brindada sea correcta, oportuna y de calidad, pues muchas enfermeras y doctores las han rechazado al no creer en el dolor de la afectada.

“Que nos den atención médica correcta, porque nos rechazan en el Seguro Social. Queremos evitar que más niñas sean afectadas porque sí es un calvario el que se vive. Mi hija está mejor que otras niñas, puede caminar e ir a la escuela, algunos días, pero igual tiene dolor y debilidad. Nunca me imaginé que pudiera pasar esto, gracias a Dios mi niña ha podido levantarse y no le pasa como a otras niñas que no pueden sostenerse solas”, finalizó.