Parral se ha convertido en la “capital del motociclismo”. Las Jornadas Villistas han sido la cumbre de los clubes que año con año hacen rugir sus motores en esta dirección, convirtiéndose en la sede de la concentración motociclista que más afluencia tiene a lo largo del país y del norte del continente. Este fenómeno nació como un tributo a los villistas, que en las épocas de la Revolución llenaron las calles a bordo de sus corceles… y a más de 100 años los caballos ahora son de acero.

Ya son 18 años desde que iniciaron a concentrarse los contingentes de jinetes motorizados en esta provincia que ahora pretende ser llamada “la capital del mundo del motociclista” debido a la afluencia de motociclistas de diferentes partes del estado y hasta extranjeros que reúne año con año.

Desde el centro del país los clubes provenientes de estados como Hidalgo, Querétaro, Morelos, Nuevo León, Durango, Baja California, Estado de México, Ciudad Juárez y hasta de estados del vecino país como Austin, Texas; Las Cruces, Nuevo México, entre otros.

Los motoclubes que llegan a Parral durante esta temporada que enmarca las fiestas denominadas “Jornadas Villistas” concuerdan en una zona donde la Revolución Mexicana se plasmó gracias a la figura en la que se centran dichos festejos.

Ahora, al año 2018, los jinetes que seguían al “Centauro del Norte” se han transformado en experimentados viajantes que conducen sus máquinas a lo largo de las carreteras para llegar a la ciudad de Parral, convirtiéndose en los nuevos jinetes motorizados de Villa.

Los que antes eran corceles pura sangre ahora se les distingue con herrajes que llevan los nombres de Harley Davidson, Honda, Kawasaki, Suzuki por decir algunas de las marcas más destacadas y de mejor motor, de preferencia para los choppers.

Año con año, las fiestas villistas atraen a más clubes de motociclistas, los cuales acaparan la ocupación habitacional, acampan o se reúnen con amigos que a lo largo de los 18 años desde que iniciaron las concentraciones se han conocido.

Son más de tres mil motociclistas que durante estas fechas reviven con sus resonantes motores las épocas en las que el general Villa acompañado de sus corceles acaparaba las calles en la ciudad.