Osbaldo Andrade Espinoza nació con la desafortunada coincidencia de tener un homónimo acumulador de deudas, que le ha complicado su vida financiera desde el estado de Veracruz, con un monto de más de un millón de pesos, lo que lo ha colocado en una situación incómoda con el buró de crédito, y le ha imposibilitado obtener un crédito de vivienda, entre otros problemas.
Nació en el estado de Chihuahua, el 9 de octubre de 1971 y su homónimo en Veracruz.
“Quise tramitar tarjetas de crédito y me dijeron que estaba en buró de crédito. Vengo y me dan un reporte especial de crédito y primero inicié la investigación sobre robo de identidad, con el reporte y resultó ser que es un homónimo que coincide en nombre, apellidos y fecha de nacimiento. He batallado porque ha sido largo el proceso, no he podido arreglar tarjetas, no pude sacar casa de Fovissste y es bastante difícil y largo el proceso para poder arreglar”.
Osbaldo mencionó que inició con los trámites de regularizar su situación ante entidades financieras desde el pasado mes de enero, luego de que en diciembre de 2018 se enteró de su particular situación, ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, delegación Chihuahua.
La siguiente audiencia la tendrá el 5 de mayo, donde sabrá la resolución de las empresas involucradas que son Teléfonos de México y una agencia de la Volkswagen. En el proceso ya resolvió deudas que aparecían a su nombre (o al de su homónimo) en Banamex, Scotia Bank y Banorte, donde hay un reporte a su nombre, que aunque a la fecha está al corriente de los pagos, fue necesario cancelarla porque si incurre en incumplimiento de pago, nuevamente estaría en buró de crédito.
“Es mucha coincidencia con nombres, apellidos y fechas de nacimiento. Las empresas no me dan ningún estado de cuenta, no me pueden proporcionar los datos de esa persona; sólo me dijeron que la firma es diferente. En un inicio pensé que era robo de identidad, y fui a la Procuraduría General, pero iba a ser largo el proceso. Para realizar la denuncia, me pedían estados de cuenta y otros documentos que a mí no me los proporcionan, porque no soy yo”.
La Condusef ha atendido a la víctima de la confusión con su homónimo, y debe estar monitoreando constantemente el registro del buró de crédito para que su tocayo veracruzano no incumpla con sus pagos, y sea él el que pague los platos rotos.
Un carro, una tarjeta de crédito, un préstamo bancario por 300 mil pesos. También debe el recibo de Teléfonos de México con rezago de más de un año, seguros de los automóviles que no pagó.
“Ya estoy fastidiado y no puedo hacer ningún trámite por mi cuenta, siempre tengo que estar pidiendo a mi familia tarjetas de crédito para hacer compras. Yo sí necesito, pero por el momento no puedo acceder a ellas, por estar en el buró, sin ser yo”, finalizó.
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