Los tranvías eléctricos a principios del siglo XX desempeñaron un papel crucial en la transformación de las ciudades al proporcionar un medio de transporte eficiente, limpio y accesible. Su importancia radicaba en su capacidad para conectar áreas urbanas, facilitando la movilidad de las personas y fomentando el crecimiento de las ciudades al permitir un acceso más fácil a las áreas comerciales y residenciales. Esto mejoró la calidad de vida de los habitantes al ofrecer una alternativa a los incómodos y lentos sistemas de transporte anteriores, como los carruajes tirados por caballos.
➡️ Recibe las noticias directo a tu celular. Suscríbete aquí a nuestro canal de WhatsApp
Además, los tranvías eléctricos marcaron un punto de referencia en la adopción de la energía eléctrica como fuente para el transporte público. Esto allanó el camino para el desarrollo de sistemas de transporte público más avanzados y sostenibles, como el metro y el tren ligero, que continúan siendo fundamentales para las ciudades modernas.
¿Cómo llegó el tranvía a Parral?
Te puede interesar: Desde cine Rex hasta cine Alcázar: Los cinemas de antaño que viven en el recuerdo de los parralenses
En 1905, el Gobierno de Chihuahua autorizó a José María de la Vega y Antonio Ramos Cadena para operar un tranvía eléctrico. Posteriormente, en 1906, se creó la empresa "Ferrocarril Urbano de H. del Parral, S.A." con un capital de 45 mil pesos.
Los fundadores vendieron la empresa a vecinos de Parral, y su capital creció hasta alcanzar 225 mil pesos. El consejo de administración estaba encabezado por Juan B. Baca como presidente y contaba con destacados miembros, como James I. Long.
El tranvía no solo consistía en vías, sino también en la red de distribución eléctrica. Se construyeron 4,400 metros de vías con un ancho de 1,434 metros, además de 4 carros de primera clase, 2 de segunda y 5 vagones para transportar mercancías.
Las calles del tranvía
El recorrido del tranvía era fascinante y abarcaba diversas calles y plazas de la ciudad. Comenzaba en la avenida de la Estación (avenida Centenario), bajando a la plaza San Juan de Dios (Guillermo Baca) lugar donde iniciaba el ascenso de pasajeros, continuando por las calles Mercaderes, Colegio, Esteban Benítez (tramo de la 20 de Noviembre), plaza Hidalgo (hoy plaza Principal), plaza del Mercado (plaza de la Identidad), puente San Francisco, plaza Independencia (Bicentenario).
Continuando por el Barrio de San Francisco (avenida Independencia), calle del Ojito, Segunda del Rayo, calle del Rayo, calle Libertad, calle Carlos Fuero, calle Creel (tramo de la Juan Rangel de Biezma), calle Alfareros (hoy Cuauhtémoc), calle de la Ladrillera (Eugenio Citrón), calle Lerdo, calle Juárez, calle Gabino Barreda y regresaba a la plaza San Juan de Dios.
A pesar de estos planes iniciales, hubo cambios en el tramo proyectado. El tranvía debía comenzar en la estación del ferrocarril, pero en su lugar arrancaba desde la plaza San Juan de Dios. Además, los ramales al Panteón Municipal y al Rancho el Alamillo nunca se instalaron, y se acortó el trazo para pasar por la actual calle Cuauhtémoc.
A pesar de su inicio emocionante, el tranvía enfrentó dificultades técnicas y disputas con los proveedores de electricidad, lo que finalmente llevó a la suspensión del servicio el 7 de abril de 1910.
La historia del tranvía en Parral también estuvo marcada por los tumultuosos acontecimientos de la Revolución Mexicana. Durante la toma de Parral por las fuerzas de Pascual Orozco en 1912, los vagones, líneas eléctricas y rieles fueron destruidos o desmontados, poniendo fin a esta interesante era del transporte en la ciudad.
Nota publicada en: El Sol de Parral