/ viernes 23 de abril de 2021

¿Celular… o libertad?

Entiendo que si le doy al "gobierno" mis datos biométricos:

1- El gobierno —como tal— no existe; lo que existen son funcionarios, y por experiencias personales, tenemos datos para dudar de su honradez. Además, es de todos sabido que la delincuencia está infiltrada en los órganos de gobierno.

2- En los organismos gubernamentales hay una gran rotación de personal, lo cual pondrá nuestra información en manos de individuos que no podremos identificar.

3- Esos datos pueden facilitar delitos como los secuestros y el comercio de órganos, incluso de menores de edad, pues contarán con información personal privilegiada.

4- Si unos legisladores se atreven a dictar leyes injustas que ponen en peligro la seguridad de los ciudadanos, me resulta evidente que están traicionando nuestra confianza y, por lo mismo, nace en mí la indignación hacia ellos y a quienes representan, quienes —lógicamente— no son el pueblo, sino intereses partidistas personales, tanto de mexicanos como de extranjeros. Es algo semejante a lo que sufren los menores que son abusados por sus propios familiares.

5- Cuando veo lo que los legisladores están decidiendo, me siento como si estuviera escuchando la conversación de quienes están planeando mi secuestro.

6- Ya están poniendo en cargos de gobierno a extranjeros. Es posible, pues, que después coloquen a comunistas cubanos, venezolanos y de otros países, en otros puestos clave, lo cual es más peligroso, pues podríamos terminar siendo un satélite de esos países con todas sus consecuencias.

7- Se argumentó que es para “mayor seguridad”, y me pregunto: ¿De quién… la mía, la de los mexicanos, o la de los gobernantes?

8- De acuerdo a un "régimen democrático" estos funcionarios dejarán sus puestos algún día, pero esa información permanecerá en esa base de datos a disposición de quién sabe quiénes

9- Si no doy mis datos me amenazan de suspenderme el servicio como si fuera un delito tipificado por una ley que es injusta. Se estaría violando el derecho a estar comunicado (Nota importante: Ningún gobierno anterior ha procurado un control de la población tan agobiante, a pesar de haber sido imperfectos, y supuestamente corruptos).

10- Si no damos nuestros datos, y aceptamos que den de baja nuestros celulares, las compañías de telefonía sufrirán económicamente. Quizás esto nos pudiera servir para presionar y defender nuestra intimidad y, por lo mismo, nuestra seguridad.

11- Valoro más mi libertad que mi celular.

Para quienes durante más de 26 años me han leído, no tengo que aclarar que los temas que ocupan mis columnas de opinión son de carácter educativo, familiar, religioso, etc. y muy excepcionalmente de asuntos que rozan con la política, pero deseo que quede bien claro que, como sacerdote no estoy hablando de política, y que como ciudadano estoy exigiendo el respeto de mis derechos, y los derechos de millones de mexicanos.

www.padrealejandro.org

Entiendo que si le doy al "gobierno" mis datos biométricos:

1- El gobierno —como tal— no existe; lo que existen son funcionarios, y por experiencias personales, tenemos datos para dudar de su honradez. Además, es de todos sabido que la delincuencia está infiltrada en los órganos de gobierno.

2- En los organismos gubernamentales hay una gran rotación de personal, lo cual pondrá nuestra información en manos de individuos que no podremos identificar.

3- Esos datos pueden facilitar delitos como los secuestros y el comercio de órganos, incluso de menores de edad, pues contarán con información personal privilegiada.

4- Si unos legisladores se atreven a dictar leyes injustas que ponen en peligro la seguridad de los ciudadanos, me resulta evidente que están traicionando nuestra confianza y, por lo mismo, nace en mí la indignación hacia ellos y a quienes representan, quienes —lógicamente— no son el pueblo, sino intereses partidistas personales, tanto de mexicanos como de extranjeros. Es algo semejante a lo que sufren los menores que son abusados por sus propios familiares.

5- Cuando veo lo que los legisladores están decidiendo, me siento como si estuviera escuchando la conversación de quienes están planeando mi secuestro.

6- Ya están poniendo en cargos de gobierno a extranjeros. Es posible, pues, que después coloquen a comunistas cubanos, venezolanos y de otros países, en otros puestos clave, lo cual es más peligroso, pues podríamos terminar siendo un satélite de esos países con todas sus consecuencias.

7- Se argumentó que es para “mayor seguridad”, y me pregunto: ¿De quién… la mía, la de los mexicanos, o la de los gobernantes?

8- De acuerdo a un "régimen democrático" estos funcionarios dejarán sus puestos algún día, pero esa información permanecerá en esa base de datos a disposición de quién sabe quiénes

9- Si no doy mis datos me amenazan de suspenderme el servicio como si fuera un delito tipificado por una ley que es injusta. Se estaría violando el derecho a estar comunicado (Nota importante: Ningún gobierno anterior ha procurado un control de la población tan agobiante, a pesar de haber sido imperfectos, y supuestamente corruptos).

10- Si no damos nuestros datos, y aceptamos que den de baja nuestros celulares, las compañías de telefonía sufrirán económicamente. Quizás esto nos pudiera servir para presionar y defender nuestra intimidad y, por lo mismo, nuestra seguridad.

11- Valoro más mi libertad que mi celular.

Para quienes durante más de 26 años me han leído, no tengo que aclarar que los temas que ocupan mis columnas de opinión son de carácter educativo, familiar, religioso, etc. y muy excepcionalmente de asuntos que rozan con la política, pero deseo que quede bien claro que, como sacerdote no estoy hablando de política, y que como ciudadano estoy exigiendo el respeto de mis derechos, y los derechos de millones de mexicanos.

www.padrealejandro.org