Desde la celebración del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, México ha fraguado su práctica comercial bajo un esquema fundado en la generación de acuerdos laterales y multilaterales con diversos países a nivel mundial. El objetivo, promover el intercambio económico – comercial y fomentar la atracción de inversiones, ambas como medidas estratégicas para estimular la economía nacional.
Sin duda alguna, la llegada del TLCAN (ahora llamado Tratado de México, Estados Unidos y Canadá o TMEC), fue un parteaguas en la historia nacional. Este Tratado sirvió para instruir las bases del comercio internacional del México moderno. Desde su firma, la cantidad de flujos de capital de intercambio y la recepción de inversiones hacia el territorio nacional aumentó significativamente.
En la década de los ochentas la Inversión Extranjera Directa (IED), representaba cerca del 1% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que durante la década de los noventas aumentó alrededor del 3%. Desde entonces, la IED cobró mayor relevancia como referente dentro de las principales variables macroeconómicas.
Han transcurrido cerca de tres décadas desde la celebración de acuerdos sustentados en el modelo de apertura comercial para la promoción e intercambio de flujos de capital. Hoy en día el país cuenta con 13 Tratados vigentes con más de 50 países, 33 acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRI’s), y una serie de acuerdos de complementación económica con países de Latinoamérica
Las ventajas comparativas de México frente a países emergentes, resultan atractivas para las economías en potencia. Muestra de ello es la reconformación del nuevo TMEC, el cual se encuentra en la antesala de su instalación. Se ha anunciado que dicho acuerdo entrará en vigor el próximo primero de julio. Esta noticia refrenda y fortalece el valor de las inversiones estadounidenses en territorio nacional.
Otro ejemplo lo constata la integración de México al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, el cual está conformado por países de Norteamérica, Sudamérica, Asia y Oceanía. Dentro de estos países, destacan Japón, el cual representa un importante mercado, durante el 2018 Japón registró un PIB per cápita cercano a los 39,300 dólares, México ese mismo año lo hizo por 9,700 dólares. Otros países a destacar son Singapur y Malasia, los cuales han asentado desde hace más de cinco años crecimientos consecutivos en su PIB nacional por encima del 4%. Estos países representan importantes bloques comerciales que significan amplias oportunidades de negocio.
A lo largo de estas casi tres décadas, todos los convenios de colaboración y Tratados internacionales signados, han conferido experiencia nacional para implementar y confeccionar estrategias que estimulen la participación mexicana en los mercados internacionales. Son casi tres décadas que han preparado a México para atraer capitales de todo el mundo, fomentar inversiones que abarquen más rubros y generen mayor dinamismo dentro de las entidades mexicanas receptoras.
La atracción de IED hacia el territorio nacional muestra un comportamiento constante y progresivo desde mediados de los noventa. Sin embargo, la evidencia señala que existe una alta concentración de inversiones provenientes de un grupo específico de países, generando alta dependencia económica, ¿Cuáles deben ser las medidas que debe adoptar México para ampliar la atracción de IED al país?
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