/ miércoles 16 de enero de 2019

El problema es el mensaje

Breve y claro

Mucho se ha hablado sobre el tema del huachicoleo (nombre que se le da al robo de combustible), pero lejos está de terminarse este problema y por supuesto, más información se conoce del caso diariamente, aunque también llega hasta nuestras manos bastante desinformación que impide que podamos confiar en lo que se nos dice acerca del caso.

Y es que para especialistas como Raúl Sánchez Martínez, el problema es el mensaje. La deficiente calidad del mismo. Si el gobierno federal tuviera una comunicación más amplia, abierta, con algunos datos numéricos que permitan si no darle tranquilidad, sí podría darle el poder de la información a la ciudadanía que esto era parte del proceso del ataque al robo de combustible.

En una charla sobre la proyección de Chihuahua para este año que prácticamente acaba de iniciar, coincidimos en que esa (mala) comunicación ha sido fundamental, pues el gobierno federal ha sido un poco laxo en ese sentido.

En términos generales, no hay una abierta voz en contra del proceso, en esencia estamos todos a favor, sin embargo, la manera en que se aplica la estrategia pudiera ser un tanto cuanto criticable. A pesar de que hay ruedas de prensa diarias, el problema está en lo que no se dice.

Esto da paso a que hay quienes están aprovechando la ambigüedad y se apoyan de las redes sociales, en las que cada quien interpreta lo que quiere, entiende o le conviene, en el caso del golpeteo político, que también está a la orden del día.

Por eso, el planteamiento de una comunicación más directa, más concreta hacia la ciudadanía por pate de Sener, del presidente y de la Segob, dejaría menos espacio para la desinformación en las redes sociales.

Breve y claro

Mucho se ha hablado sobre el tema del huachicoleo (nombre que se le da al robo de combustible), pero lejos está de terminarse este problema y por supuesto, más información se conoce del caso diariamente, aunque también llega hasta nuestras manos bastante desinformación que impide que podamos confiar en lo que se nos dice acerca del caso.

Y es que para especialistas como Raúl Sánchez Martínez, el problema es el mensaje. La deficiente calidad del mismo. Si el gobierno federal tuviera una comunicación más amplia, abierta, con algunos datos numéricos que permitan si no darle tranquilidad, sí podría darle el poder de la información a la ciudadanía que esto era parte del proceso del ataque al robo de combustible.

En una charla sobre la proyección de Chihuahua para este año que prácticamente acaba de iniciar, coincidimos en que esa (mala) comunicación ha sido fundamental, pues el gobierno federal ha sido un poco laxo en ese sentido.

En términos generales, no hay una abierta voz en contra del proceso, en esencia estamos todos a favor, sin embargo, la manera en que se aplica la estrategia pudiera ser un tanto cuanto criticable. A pesar de que hay ruedas de prensa diarias, el problema está en lo que no se dice.

Esto da paso a que hay quienes están aprovechando la ambigüedad y se apoyan de las redes sociales, en las que cada quien interpreta lo que quiere, entiende o le conviene, en el caso del golpeteo político, que también está a la orden del día.

Por eso, el planteamiento de una comunicación más directa, más concreta hacia la ciudadanía por pate de Sener, del presidente y de la Segob, dejaría menos espacio para la desinformación en las redes sociales.

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