La compañía de telecomunicaciones está de manteles largos por sus primeros 20 años de presencia, que sin duda han sido muy intensos en todos los sentidos. Y es que la empresa que encabeza Camilo Aya no sólo acumula inversiones por más de 16 mil 500 millones de dólares, atiende a más de 24 millones de clientes, administra contratos con ocho de los principales operadores virtuales que operan en el país, y una base laboral mil 800 empleados, sino que está en un intenso proceso de consolidación de un innovador modelo de negocio que procura la viabilidad financiera de Telefónica en el mercado nacional donde por cierto el marco legal para supuestamente meter en cintura al preponderante, América Móvil, simplemente no ha logrado su objetivo e incluso ahora se vive un proceso de reconcentración, único en el mundo, con una empresa que sigue controlando 70% de los ingresos del mercado. Y además de las continuas innovaciones en sus planes comerciales, innovación de soluciones y experiencias personalizadas a sus clientes, la compañía acepta y promueve las alianzas con otros operadores para compartir infraestructura e incluso espectro para buscar sinergias, felexibilidad y fortaleza para mejorar la experiencia de sus consumidores actual sino además, y realmente, penetrar el mercado doméstico que todavía ofrece atractivas oportunidades y reducir la brecha de telecomunicaciones. Al mismo tiempo, Telefónica México, con diversas iniciativas, amplia su vocación de responsabilidad social y siendo pioneros en la economía circular y ahora a la vanguardia en el reciclaje de dispositivos con el proposito de contribuir, por ejemplo, a la reforestación del país.
Amenaza latente
La nueva variante del coronavirus, que la OMS designó como Omicron, causo una volatilidad extrema en los mercados de valores y las rápidas restricciones aéreas y el cierre de fronteras, pusieron en jaque a la aviación comercial y el turismo que venía acelerando su recuperación y capitalizar el impulso por los viajes de fin de año. Y previo a la caída generalizada, los analistas de Barclays, advirtieron sobre el impacto potencial por el aumento repentino de los contagios ante la propagación de mutaciones en los grupos aeroportuarios de México, en especial Asur y Gap cuya capacidad del mes de noviembre ya había regresado a los niveles previos a la pandemia, mientras que OMA se mantenía todavía un poco rezagado. Ahora como lo comentó la correduría internacional Morgan Stanley, las dos próximas semanas serán cruciales para conocer el grado de amenaza de Omicron, y a partir de la información generar nuevos escenarios sobre la trayectoria de las economías y de las emisoras, y más las relacionadas con el segmento de turismo porque la reactivación no sólo tomaría una costosa alza sino que incluso podría revertirse.
@robertoah
