/ jueves 4 de abril de 2024

Trastorno Oposicionista Desafiante

"Cuando un niño da un paso fuera de la línea, necesitamos preguntarnos qué necesidad está tratando de satisfacer." - Ross W. Greene

Existen múltiples elementos de corte social, psicológico, físico entre otros, que repercuten de manera muy importante en la conducta de las niñas, niños y adolescentes a la hora del desarrollo de un trabajo académico en un centro educativo, uno de ellos tiene que ver con algo que se le ha denominado como Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD).

La presencia del TOD en el ámbito escolar plantea desafíos significativos tanto para el entorno educativo como para el hogar. Este trastorno, caracterizado por patrones persistentes de comportamiento desafiante, hostilidad y desobediencia hacia figuras de autoridad, impacta profundamente en el aprendizaje y la interacción social de niños y adolescentes. Su manejo requiere una estrategia integrada que involucre a educadores, padres y profesionales de la salud, poniendo en el centro un enfoque colaborativo y consistente entre la escuela y el hogar.

La importancia de abordar de manera efectiva el TOD radica en su potencial para afectar el desarrollo educativo y social del niño. Sin una intervención adecuada, los comportamientos asociados pueden obstaculizar el proceso de aprendizaje, no solo del estudiante afectado sino también de sus compañeros.

En el hogar, es crucial establecer rutinas claras y predecibles, fomentar una comunicación positiva que evite críticas y culpas, y establecer reglas y consecuencias claras y consistentes. El refuerzo de comportamientos positivos, la limitación de situaciones desencadenantes de comportamientos desafiantes y la práctica de estrategias de manejo del enojo son también fundamentales.

En la escuela, la colaboración entre padres y docentes es esencial para garantizar una consistencia en el manejo del comportamiento. Las adaptaciones educativas pueden ser necesarias para proporcionar un entorno que favorezca el éxito del estudiante, junto con intervenciones conductuales en el aula que promuevan un comportamiento positivo.

En ambos entornos, la educación sobre el TOD, la consistencia en las expectativas y estrategias de manejo, el enfoque en sus fortalezas y el apoyo profesional externo son componentes críticos. Este enfoque no solo atiende sus necesidades, sino que también valora y potencia la labor docente y directiva, subrayando la importancia de una detección oportuna y un manejo coordinado del trastorno.

La implementación de estas estrategias requiere de una comprensión profunda y compartida del TOD, así como de un compromiso con la cooperación y la adaptabilidad. Abordar el TOD de manera efectiva es un proceso dinámico que beneficia de la retroalimentación continua y el ajuste de estrategias. Al trabajar juntos, los padres, educadores y profesionales de la salud mental pueden crear un entorno de apoyo que facilite el desarrollo positivo y el éxito académico del niño, mitigando así las potenciales consecuencias negativas a largo plazo. Este esfuerzo conjunto no solo mejora la experiencia educativa del niño afectado por el TOD, sino que también enriquece el ambiente de aprendizaje para todos los estudiantes, destacando la importancia de una atención inclusiva y comprensiva dentro del sistema educativo. Porque la educación, es el camino...

Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann. Doctor en Gerencia Pública y Política Social.

https://manuelnavarrow.com

manuelnavarrow@gmail.com

"Cuando un niño da un paso fuera de la línea, necesitamos preguntarnos qué necesidad está tratando de satisfacer." - Ross W. Greene

Existen múltiples elementos de corte social, psicológico, físico entre otros, que repercuten de manera muy importante en la conducta de las niñas, niños y adolescentes a la hora del desarrollo de un trabajo académico en un centro educativo, uno de ellos tiene que ver con algo que se le ha denominado como Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD).

La presencia del TOD en el ámbito escolar plantea desafíos significativos tanto para el entorno educativo como para el hogar. Este trastorno, caracterizado por patrones persistentes de comportamiento desafiante, hostilidad y desobediencia hacia figuras de autoridad, impacta profundamente en el aprendizaje y la interacción social de niños y adolescentes. Su manejo requiere una estrategia integrada que involucre a educadores, padres y profesionales de la salud, poniendo en el centro un enfoque colaborativo y consistente entre la escuela y el hogar.

La importancia de abordar de manera efectiva el TOD radica en su potencial para afectar el desarrollo educativo y social del niño. Sin una intervención adecuada, los comportamientos asociados pueden obstaculizar el proceso de aprendizaje, no solo del estudiante afectado sino también de sus compañeros.

En el hogar, es crucial establecer rutinas claras y predecibles, fomentar una comunicación positiva que evite críticas y culpas, y establecer reglas y consecuencias claras y consistentes. El refuerzo de comportamientos positivos, la limitación de situaciones desencadenantes de comportamientos desafiantes y la práctica de estrategias de manejo del enojo son también fundamentales.

En la escuela, la colaboración entre padres y docentes es esencial para garantizar una consistencia en el manejo del comportamiento. Las adaptaciones educativas pueden ser necesarias para proporcionar un entorno que favorezca el éxito del estudiante, junto con intervenciones conductuales en el aula que promuevan un comportamiento positivo.

En ambos entornos, la educación sobre el TOD, la consistencia en las expectativas y estrategias de manejo, el enfoque en sus fortalezas y el apoyo profesional externo son componentes críticos. Este enfoque no solo atiende sus necesidades, sino que también valora y potencia la labor docente y directiva, subrayando la importancia de una detección oportuna y un manejo coordinado del trastorno.

La implementación de estas estrategias requiere de una comprensión profunda y compartida del TOD, así como de un compromiso con la cooperación y la adaptabilidad. Abordar el TOD de manera efectiva es un proceso dinámico que beneficia de la retroalimentación continua y el ajuste de estrategias. Al trabajar juntos, los padres, educadores y profesionales de la salud mental pueden crear un entorno de apoyo que facilite el desarrollo positivo y el éxito académico del niño, mitigando así las potenciales consecuencias negativas a largo plazo. Este esfuerzo conjunto no solo mejora la experiencia educativa del niño afectado por el TOD, sino que también enriquece el ambiente de aprendizaje para todos los estudiantes, destacando la importancia de una atención inclusiva y comprensiva dentro del sistema educativo. Porque la educación, es el camino...

Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann. Doctor en Gerencia Pública y Política Social.

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manuelnavarrow@gmail.com