Como parte de las XXII Jornadas Villistas en Hidalgo del Parral, se presentó en el Centro Cultural Palacio Alvarado el ensayo narrativo de Adolfo Arrioja Vizcaino, “El sueco que se fue con Pancho Villa”, que habla de la trayectoria vital de Ivar Thord-Gray.
En su charla con los parralenses, del doctor en Derecho por la UNAM describe que lejos de ser un soldado de fortuna o un mercenario, como se le ha calificado, Thord-Gray fue un extraordinario oficial de inteligencia militar con grados en artillería y caballería de los ejércitos británico y estadunidense.
Ivar llegó a México en 1913 con la intención de ofrecer sus servicios a la causa revolucionaria, luego de recorrer Inglaterra, Sudáfrica, Filipinas y China. A pesar de su posición como instructor militar y oficial de enlace en labores de inteligencia, evaluó correctamente la situación política mexicana y llegó a experimentar genuina simpatía por la Revolución y sus líderes.
Cuando Pancho Villa lo conoció no necesitaba en sus filas a alguien que le enseñara a mover su caballería, sino oficiales de artillería.
En la Batalla de Torreón, Villa había conseguido dos cañones que parecían inservibles pues no disparaban. Para Thord-Gray no fue difícil diagnosticar que los federales los habían deshabilitado antes de abandonarlos.
Ivar cruzó ilegalmente la frontera de Estados Unidos y mandó manufacturar las piezas para disparar los cañones, por lo que Villa lo nombró capitán primero de artillería.
Los asistentes al Palacio Alvarado quedaron perplejos al escuchar del autor las tantas historias y revelaciones de los documentos que dieron origen a su libro.