Diferentes estudios científicos apuntan a que las bebidas alcohólicas surgieron en la prehistoria como una manera de purificar el agua. Aunque no son tan buenas para hidratar, era preferible consumir bebidas fermentadas a bebidas que pudieran contener bacterias mortales en la época previa a los antibióticos. Por ello las bebidas alcohólicas están presentes en prácticamente todas las culturas del mundo. Y esto no excluye a los pueblos originarios de México como los rarámuri, entre quienes el tesgüino, tiene importantes funciones sociales y culturales.
Los rarámuri (“pies ligeros”), también llamados tarahumaras, son un grupo étnico que vive en la parte norte de la Sierra Madre, conocida como Sierra Tarahumara. Actualmente, diversas investigaciones apuntan a que los rarámuri como los conocemos surgieron de la fusión de diversos grupos nómadas norteños que fueron estableciéndose en regiones más adecuadas para la agricultura.
Son un grupo cultural muy importante en la región centro norte de México, principalmente en el estado de Chihuahua, muy conocido por su gran resistencia física y sus originales tradiciones y vestimenta colorida.
El tesgüino y su valor cultural
Entre los elementos culturales que caracterizan a la cultura rarámuri destaca el tesgüino, una bebida producida y consumida desde tiempos anteriores a la invasión europea en lo que hoy en día es el territorio de Chihuahua.
De acuerdo al antropólogo, Arturo Mario Herrera Bautista, el “tesgüino (teswino, batari, suguí o soguiki) es una especie de cerveza de maíz que los rarámuri elaboran en grandes cantidades con objeto de beberla en las situaciones más importantes de su vida social”.
Las ocasiones especiales en las que se consume el tesgüino son ceremonias religiosas, rituales o fiestas como las “tesgüinadas de trabajo, que son las reuniones o fiestas colectivas realizadas en algún rancho donde se consume el tesgüino”, en palabras de Herrera Bautista.
Así que el tesgüino es una pieza muy importante en la sociedad y la cultura rarámuri. De acuerdo al antropólogo, esta bebida es una parte “constituyente de la existencia de ese grupo indígena e indispensables para su continuidad” y destaca el papel que el consumo del tesgüino tiene como un elemento de solidaridad y cohesión social, precisamente porque se consume en ocasiones que unen a la comunidad ya sea para celebrar o trabajar.
Por otra parte, el tesgüino tiene un carácter espiritual ya que, como se dijo antes, es un elemento en las fiestas religiosas, como las celebraciones de Semana Santa. Pero también porque tradicionalmente se le considera un regalo otorgado por Dios, Onorúame “El que es Padre”.
¿Cómo se prepara el tesgüino?
La importancia social del tesgüino comienza desde su elaboración. Ya que producirlo es un proceso que involucra a toda la familia y que puede tomar hasta una semana.
Según explica Herrera Bautista en su artículo, “El tesgüino y la tesgüinada, una forma rarámuri de vivir, embriagarse y compartir”:
“Los hombres y jóvenes tienen que cortar y llevar la leña, preferentemente de encino; las mujeres hidratan, ponen a germinar y muelen las semillas de maíz; durante el cocimiento, agitan el brebaje, mientras que los hombres les acercan la leña”.
La bebida se coloca en una gran olla de más o menos 30 litros de capacidad, que está consagrada a la producción del tesgüino. De acuerdo a la tradición, nada más se prepara ahí y es una olla que no se lava. Pero esto tiene una razón de ser, ya que con ello el recipiente conserva las bacterias y levaduras que juegan un papel en la fermentación.
Como puedes ver, esta bebida es más que un medio para emborracharse, sino que es una pieza muy importante en la vida social y cultural de los rarámuri, un pueblo que enriquece la cultura del norte de México.
