Todavía es primavera y ya se alcanzan temperaturas cercanas a los 40°C en el norte de México. Este año pinta para ser uno de los más calurosos jamás registrados, con un inicio temprano del Fenómeno de El Niño que además muestra señales de que será especialmente intenso, la esperanza de un verano fresco depende de la posibilidad de lluvias.
Recientemente, incluso circuló en redes sociales el rumor de que el norte de nuestro país presentaba las temperaturas más elevadas del continente americano. E instituciones de protección civil, salud y seguridad pública no paran de emitir recomendaciones para evitar los peligros de la onda de calor.
Así que a prepararnos para el que parece será un verano con temperaturas muy altas y que amenaza con romper récords de calor. Para ello, se recomienda evitar actividades al aire libre a partir de las 11 de la mañana hasta las 6 de la tarde, mantenernos hidratados y en lugares frescos, así como vestir ropa fresca y holgada. Estos cuidados deben aplicarse especialmente con adultos mayores y niños pequeños.
Y es que el próximo miércoles 21 de junio será el solsticio, el día más largo del año, con el que se da por iniciado el verano 2023. Con ello, también comienza la temporada más cálida del año, en la que los mexicanos, particularmente los norteños, esperamos que se presenten lluvias regulares que reduzcan el calor, y mitiguen la sequía.
Pero, ¿qué es el solsticio y por qué cambian las estaciones?
El cambio de estación y el solsticio de verano dependen del movimiento de la Tierra alrededor del Sol y cómo esto afecta la cantidad de luz solar que llega a diferentes regiones del planeta.
Las variaciones en el cambio de estación ocurren porque la Tierra orbita alrededor del Sol en una trayectoria elíptica, y su eje de rotación está inclinado en relación al plano de su órbita. Durante su órbita, la Tierra pasa por cuatro puntos clave: los dos solsticios y los dos equinoccios.
El solsticio de verano ocurre año con año alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte (el 21 de diciembre en el hemisferio sur). En este momento, el Polo Norte de la Tierra está inclinado hacia el Sol en su máxima medida. Como resultado, los rayos solares pegan más directamente sobre el hemisferio norte, lo que genera días más largos y noches más cortas. Es el momento del año en el que el hemisferio norte experimenta su máxima exposición solar.
En el hemisferio sur, ocurre el solsticio de invierno en esta misma fecha. En ese momento, el Polo Sur está inclinado lejos del Sol en su máxima medida. Esto resulta en días más cortos y noches más largas, y por supuesto temperaturas más bajas.
Después del solsticio de verano, los días en el hemisferio norte comienzan a acortarse gradualmente, mientras que en el hemisferio sur comienzan a alargarse. Este proceso continúa hasta llegar al equinoccio de otoño (alrededor del 21 de septiembre en el hemisferio norte y el 21 de marzo en el hemisferio sur), cuando los rayos solares inciden de manera más perpendicular al ecuador terrestre. En ese momento, el día y la noche tienen aproximadamente la misma duración en todo el mundo.
En pocas palabras, el cambio de estación y el solsticio de verano ocurren debido a la inclinación del eje de la Tierra ya que esto afecta la cantidad de luz solar que llega a los hemisferios. El solsticio de verano marca el momento en el que el hemisferio norte recibe la máxima cantidad de luz solar durante el año y experimenta los días más largos.