De acuerdo a datos de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Neurológicas y de Salud, al cierre de 2022, un total de 8 mil 396 chihuahuenses acudieron a consulta por depresión, lo que significa un aumento del 20 por ciento respecto a 2021, cuando se acumularon 6 mil 950 consultas en la entidad.
Del total de atenciones en 2022, el 87 por ciento fueron en mujeres, y el rango de edad en que más se atendieron fue de los 18 a 27 años, en cuanto a población adulta. En el caso de menores de 18 años, se reportan 100 casos de personas de 15 a 17 años de edad.
Aunque la condición de tristeza puede derivar de distintos factores, en los que también está presente la edad de la persona, el sexo (ya que en este caso las mujeres están más propensas por la función que realizan las hormonas en el estado de ánimo), no siempre se puede tratar como un síntoma pasajero, informó el psicólogo Mario Chávez.
Añadió que incluso, se puede identificar en cada grupo de edad, debido a que por ejemplo, es común que los adolescentes presenten cambios de humor de manera repentina, pero cuando este síntoma persiste, por semanas, y se suma a otros como puede ser exceso de sueño o lo contrario, que es insomnio, puede indicar que algo ocurre a nivel emocional.
En la edad adolescente, indicó, los cambios se presentan tanto en hombres como en mujeres, pero debido a que las mujeres en lo general suelen expresar más sus sentimientos, puede ser más fácil de detectarlo, mientras que muchos jóvenes se cierran a la posibilidad de compartir su situación.
Esto coincide con la estadística, en la que se muestra que casi un 90 por ciento de las atenciones ocurren en mujeres. El especialista indicó que pese a esto, en décadas pasadas, era mucho menor la cifra de hombres que buscaban atención por un trastorno emocional, pues incluso a la fecha, se considera un sinónimo de debilidad.
En este punto, señaló que las personas independientemente del sexo, edad, condición social, nivel de estudios, o creencias, pueden caer en un “bache” depresivo, por lo que exhortó a no estigmatizar este tipo de problemas que pueden convertirse en enfermedades crónicas.
Indicó que históricamente ha persistido la errónea idea de que las personas que padecen depresión, no tienen “voluntad”, “no se esfuerzan”, o “son negativas”, ante lo cual citó, que en la medida que este tipo de pensamientos se vayan erradicando, habrá mayor apertura para tratar a quienes se acerquen a pedir apoyo, pues muchas veces dentro de las mismas familias, falta esa empatía.