La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles (AMDA), manifestó que con la regularización de vehículos de procedencia extranjera se está beneficiando a la delincuencia organizada “que controla a quienes operan el tráfico, la venta y distribución de estos vehículos”; aparte, destacaron que con esta medida se incentiva el envejecimiento del parque vehicular.
AMDA criticó que por un lado, el Gobierno Federal haya firmado compromisos internacionales para reducir los efectos de la contaminación impulsando vehículos con tecnologías limpias, y por el otro anuncie la ampliación del decreto que regulariza vehículos “chuecos”.
“Esto denota una profunda incongruencia al incentivar el envejecimiento del parque vehicular nacional en vez de impulsar su renovación con programas de apoyo para el transporte público, el campo y los microempresarios; amén de exponer aún más la seguridad vial y afectar a los a mexicanos propietarios de automotores usados nacionales que con todo esfuerzo los adquirieron, los mantienen y pagan todos sus impuestos”, expuso Guillermo Rosales Zárate, presidente ejecutivo de la AMDA.
Se resaltó además que el objetivo de acabar con la informalidad de este tipo de unidades tampoco ha terminado, sino que al contrario, “siguen entrando miles de vehículos de contrabando principalmente por la delincuencia organizada”.
Mediante comunicado añadieron que antes del Decreto de regularización el problema se limitaba a los Estados fronterizos, pero que ahora el país se está “inundando” con ese tipo de unidades de “desecho”, “exponiendo la seguridad vial por los defectos ocultos que portan y sobreofertando la disponibilidad de vehículos usados, bajando el precio de los usados nacionales por lo que sus propietarios al ver reducido su precio desistirán de renovarlos”, advirtió el vocero de los distribuidores.
Según estimaciones de la AMDA, para finalizar este 2022, se regularizarán e importarán más vehículos extranjeros que nuevos vendidos en el mismo lapso: hasta un millón 200 usados contra un millón 70 mil nuevos.