Al incremento de hasta 300% del llamado “oro verde”, el limón, que se mantiene en 79.90 pesos por kilo, se suma el tomate saladette que todavía a finales de 2021 se conseguía a 8 pesos el kilo, y actualmente tiene un precio promedio de $34.90, es decir 400% más caro.
Ambos productos no sólo se cotizaron en los grandes almacenes, sino en los mercados económicos del primer cuadro de la ciudad, en donde lo más barato que se puede conseguir el limón es de 60 pesos por kilo, pero los tomates cuestan 40 pesos.
Otro ejemplo es el del plátano, que subió su precio en un 270% al pasar de 9 a 24.90 pesos por kilo, al igual que el aguacate casi duplicó su precio de 29 a 54 pesos el kilogramo, es decir un 180%, aproximadamente.
La manzana pasó de 46 a 54 pesos por kilogramo, el pepino de 14 a 19.90 pesos, la lechuga de 12 a 20 pesos, y la naranja, que aunque su precio se ha mantenido alto a inicios de 2022, pasó de 9 a 21.90 pesos por kilo.
La carne es uno de los alimentos más caros actualmente, al costar 107 pesos el kilo de molida, 187 pesos la pulpa negra y $229 la milanesa, que en promedio significa un alza del 270% en comparación con los 90 pesos que llegó a costar en 2021.
El pollo pasó de 69 pesos el kilo, como se vendió hace menos de un mes, a 138 pesos por kilo que actualmente cuesta, lo que representa un incremento de 200%.
De igual manera, la milanesa se incrementó de 79 a los 222 pesos en el último año, lo que representa un 152% de incremento.
Las tortillas de maíz, también incluidas en la canasta básica de los mexicanos, en 2021 costaban 15 pesos por kilo, pero ahora tienen un precio de al menos 21 pesos el kilo.
Artículos como el litro de leche entera alcanzó los 23 pesos, mientras que el tipo “light” es de 25 pesos en las marcas comerciales de mayor demanda, al mismo tiempo que un frasco de café de 60 gramos cuesta 40 pesos, y el queso Chihuahua tiene un precio de “oferta” de 230 pesos.
Ante ello, sobre todo las amas de casa, manifestaron que la mejor alternativa es comparar los precios en tres o más tiendas, así como analizar las tendencias para evitar que la inversión para adquirir la llamada canasta básica sea mayor.