Vertiginosamente crece el campamento migrante instalado al sur de la ciudad, que al paso de dos meses se multiplicó hasta albergar a cerca de medio millar de personas que ocupan con sus casas de campaña improvisadas las calles de las inmediaciones de los patios de Ferromex, extendiéndose incluso sobre una parte del bulevar Juan Pablo II.
Mediante recorridos en la zona se pudo constatar que la ciudad de Chihuahua se ha convertido en el cuello de botella del flujo migratorio. Este es el último punto en que las autoridades federales permiten a los extranjeros viajar a bordo del tren, y una vez que son bajados, un importante porcentaje —que se cuenta por cientos— termina por alimentar el asentamiento improvisado a escasas cuadras.
El crecimiento del campamento ha resultado súbito, pues en poco más de ocho semanas pasó de tener una docena de ocupantes a aproximadamente 500. Ayer arribó un convoy férreo del que obligaron a descender a cerca de 400, por lo que existe la posibilidad de que en el transcurso de las próximas horas en la zona se resguarden casi mil personas en situación de movilidad.
En el campamento hay decenas de carpas donde se reúnen diferentes familias o compañeros para resguardarse de las fuertes ráfagas de viento, bajas temperaturas y próximamente por las altas temperaturas que en el estado pueden superar los 40 grados Celsius.
Los migrantes tienen diferentes grupos de WhatsApp y Telegram donde comparten información desde que inician su travesía en el sur del país. Van obteniendo información y se van compartiendo detalles, alertas y todo lo indispensable para poder continuar su ruta por la República Mexicana hasta llegar a la frontera en Ciudad Juárez.
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Es en esos mismos grupos donde los propios migrantes, comentaron que se comparte la información para llegar a un punto "seguro" en la ciudad de Chihuahua, ahí los reciben otros migrantes y comienzan a recibir apoyos de la sociedad en lo que buscan llegar a su destino en los Estados Unidos.
Una tienda Oxxo fue el punto de partida del campamento con un puñado de migrantes que instalaron sus casas de campaña o tendidos con cobijas. Tan sólo en este punto hay un grupo cercano a las 150 personas, que se mantienen en sus alrededores para buscar obtener ayuda de los clientes y otros más se establecen en el lugar para descansar y esperar a que pase el tiempo.
Sin embargo en los alrededores, calles aledañas a este punto ya cuentan con cientos de personas más, quienes han instalado casas de campaña, y otros artículos para poderse cubrir de las condiciones climáticas y resguardar sus pertenencias en lo que pueden seguir su camino hacia la frontera.
Los migrantes que llegan a su arribo a la capital se distribuyen en los diferentes puntos que rodean el campamento improvisado, otros más deciden distribuirse en otros puntos de la capital y otro pequeño grupo sigue su camino a Juárez, a través de conductores de plataforma o pagando a particulares para poder viajar a la frontera.
También se estima que diariamente entre 50 y 100 extranjeros salen al día de la ciudad para seguir su camino a Juárez, sea a pie o por otros métodos.
En la carretera de Chihuahua a Juárez se ven a diario personas extranjeras que caminan varios kilómetros para buscar llegar a la frontera, en ocasiones los conductores les brindan un ride para llegar más rápido o continúan su traslado hasta que encuentren un punto de reunión y descansar, para posteriormente seguir con el trayecto.