Las calles de las colonias Panamericana, Arboledas y Colinas del Sol se convirtieron en la vía dolorosa, cientos de ciudadanos participan con devoción y caminan los pasos de Jesús hacia la cruz, donde entregará la vida para la salvación de la humanidad.
En las instalaciones de la parroquia, la comunidad de San Antonio de Padua empieza a vivir la pasión de Jesús, quien en silencio soporta el castigo y la humillación.
La escenificación inició desde el cenáculo a casa de Anás, de Caifás a Pilato, gobernador romano, donde Jesús fue acusado; así como el momento en que Jesús fue llevado al palacio del Rey Herodes, quien se burla de él y después de muchos cuestionamientos lo remite de nueva cuenta a Pilato, quien lo manda azotar.
Tras ser azotado y coronado con espinas. El pueblo clamaba por su crucifixión. Ya todo está listo para que el designio de Dios Padre se cumpla.
Jack Escalante, personifica a Jesús de Nazaret, quien recordó que tanto amó Dios al mundo que le entregó a su unigénito para la salvación de los pecados.
El calvario ha iniciado. La comunidad participa en esta escenificación de manera activa, algunos realizan valla, otros ofrecen su caminar junto con Jesús, pero todos con devoción acompañan al nazareno hacia el Gólgota.
A la altura de la calle República de Bolivia, en la colonia Los Frailes se escenificó la segunda estación, donde Jesús carga con la cruz, donde se elevó una plegaria para que cada persona acepte su cruz, como puede ser una enfermedad, y siga a Cristo.
Jesús recorrió varias calles de al menos cuatro colonias, desde la parroquia hasta el templo de Santo Cristo de San Damián. En su caminar, la comunidad se unía en oración para pedir perdón,
Se topó con María, su Santísima Madre. “Jesús, Jesús, hijo, ¡Aquí estoy!” Estás cumpliendo la voluntad del Padre, pero me atraviesa el alma. Se pidió por aquellos que no buscan la paz.
El cansancio de Jesús es evidente, por lo que Jesús de Cierene es obligado a llevar la cruz del redentor. La procesión elevó su plegaria para que todos abracen la cruz y ayuden al prójimo, además se exhortó a tomar conciencia de que existen muchas personas que necesitan ayuda y hay que tenderles una mano.
Entre gritos, empujones y latigazos, llevan a Jesús a cumplir con la voluntad del Padre. “¡Vamos nazareno, muévete, camina!”
En la sexta estación La Verónica enjuga el rostro de Jesús, viendo a Jesús tan fatigado le limpió con su lienzo y su rostro quedó impreso. Se oró para que en la vida diaria cada feligrés enjuague el rostro de quien lo necesita.