Durante la celebración de la cena del señor, en la Catedral Metropolitana de la ciudad, el arzobispo Constancio Miranda Weckman recordó que con el memorial del sacrificio de Jesucristo, se realiza la obra de la redención del mundo.
Refirió que en esa última cena, Jesús se ofreció primero a su mismo y después ofreció a los hombres. Durante el acto de consagración, el arzobispo oró "cuando comemos su carne quedamos fortalecidos y cuando bebemos su sangre, quedamos limpios de pecado".
Citó que la misma noche en que iba a ser entregado, Jesús tomó el pan, y lo bendijo "tomen y coman todos de él". Recordó que la eucaristía, es el sacrificio vivo y santo de Jesús "este es el cáliz de mi sangre, cáliz de la alianza nueva y eterna para el perdón de los pecados".
Llamó a intercambiar el signo de la comunión fraterna día con día, para seguir el ejemplo del hijo de Dios Padre, quien mostró su humildad ante sus discípulos para que los hombres de igual forma sigan su ejemplo.
Los asistentes participaron de la comunión, en la celebración en qué se recuerda la última cena del señor, antes de ser entregado, y crucificado.
El arzobispo Constancio Miranda hizo la bendición de panes y objetos que llevaron algunos asistentes. Posteriormente, recorrió la Catedral para bendecir a los feligreses a quienes pidió elevar sus plegarias.
Durante este noche, habrá grupos de personas que estarán haciendo guardia en la exposición del Santísimo. Los grupos que previamente se conformaron rotarán cada hora, hasta las 12 de la media noche.